15 de agosto de 2011

Gracias SiL XD







Quería dar las gracias a la maravillosa SiL por regalarme la portada del Fic.
Me ha encantado cielo!! Eres una artista!!
Un besazo cariño.

Capítulo 8

Os recomiendo que pongáis la canción cuando aparezca (*) http://www.youtube.com/watch?v=y--sybFW518
(**) http://www.youtube.com/watch?v=SA9Ox1N7lfQ


Bella POV
Después de un día increíblemente distinto gracias a las locuras de Alice estábamos llegando a casa de los Cullen para cenar.
Alice había estado evitando contarme los motivos por los que había discutido con Jasper, cosa que me parecía raro en ella ya que nosotras nos contábamos prácticamente todo, pero no iba a presionarla ella lo haría cuando estuviese preparada.
El día había sido agotador, sobre todo porque yo no estaba acostumbrada a caminar tanto, estos dos meses los había pasado casi sin hacer nada, de la cama al sofá y del sofá a la cama, raro era que mi sobreprotector novio y familia me dejaran hacer algo más.
Entrabamos por la puerta riéndonos de la cantidad de bolsas de ropa que habíamos comprado, cuando vimos que parte de la familia estaba en el salón. Después de saludar a todos Esme nos llamó para cenar.
Rose estaba extraña, cuando me miraba lo hacía con miedo y evitando hacerlo a los ojos, lo cual me tenía desconcertada. Me estaba ocultando algo, mi instinto no me suele fallar. Para comprobar si mi teoría era buena, decidí ofrecerle otro tipo de vino cuando vi que apenas había probado el otro, acción rara en ella, pero al recibir una negativa por parte de Jasper me sorprendí, eso era algo que no me esperaba Rose se caracteriza por ser bastante locuaz y con esa simple pregunta la dejé sin palabras.
El ambiente quedó un poco tenso, pero cuando Carlisle le preguntó a Alice sobre nuestro día, ella y yo nos miramos y no pudimos hacer nada más que reírnos al recordar el espectáculo que había montado Alice en Victoria’s Secret cuando no quise probarme un corsé fucsia.
Ed me preguntó el motivo de nuestra risa, pero como había accedido a comprarme el corsé quería darle la sorpresa, Alice y yo comenzamos a reírnos exageradamente hasta que Emmett dijo que Rose no pueda quedarse con esa incertidumbre, que en su estado eso no era bueno.
Dejé de reírme automáticamente. Ahora todo encajaba. ¡Iban a tener un bebé! Eso era lo que me estaba ocultando. Noté como involuntariamente se me dibujaba una tonta sonrisa en la cara. Ellos deseaban ser padres, llevaban mucho tiempo intentándolo. Miré a mi alrededor y vi que Edward me desviaba la mirada y todos los demás excepto Alice miraban recriminatoriamente a Emmett, entonces supe el motivo de la discusión de Alice con Jasper, todos sabían del embarazo de Rose menos yo. Lo primero que sentí fue felicidad, Emm y Rose se lo merecían. Luego sentí tristeza porque ellos iban a tener algo que a mí me habían robado y por último sentí una gran impotencia. Me duele que me lo quisiesen ocultar, yo me alegraba mucho por ellos, aunque yo no ansiaba estar en su lugar…. Borré rápidamente ese pensamiento -ahora no Isabella- me dije.
Decidí comprobar si Emm, m amigo, era capaz de contarme lo estaba sucediendo.
- ¿Por qué no puede quedarse con la incertidumbre, Emmett? – le dije con burla. Emmett abría y cerraba la boca sin decir nada. Tiré la servilleta sobre la mesa, miré a Alice y ésta afirmó con la cabeza, ahora sí estaba completamente segura. Me levanté y fui donde estaban Rose y Emmett. Abracé fuertemente a Rosalie - Cuida lo que yo no fui capaz de cuidar. Me alegro muchísimo por vosotros- le susurré al oído. Me abrazó fuertemente a la vez que sollozaba.
Dirigí mi mirada a Emmett, su cara era de arrepentimiento, sabía que lo había hecho intentado evitar mi dolor, pero yo soy lo bastante fuerte para pasar por esto, no necesito que me protejan tanto. Le di un golpe en el hombro y luego un beso en la mejilla.
- Felicidades, no sabéis lo que me alegro por vosotros, es lo mejor que os pudo haber pasado- les dije.
Busqué la mirada de Edward, donde sólo puede ver arrepentimiento, pero esta vez no le iba a resultar fácil, sé que lo hace para protegerme, como todos los demás, pero no es lo correcto, él debería saber que necesito volver a la normalidad, no pretendo hacer como si no hubiese pasado nada, porque eso es imposible, nunca podré olvidar que perdí a mi bebé, un hijo de Ed y mío, lo que me enfada es que tomen decisiones por mí. Miré a Jasper, seguramente todo había sido idea suya, cree que me conoce pero no lo hace en absoluto. Los miré a los dos y dije:
– No tengo cinco años, soy una mujer madura que no se rompe ante las alegrías de su familia, me duele que no confiéis en mí, sobre todo tú Edward. – Sus ojos mostraban decepción- Se que él también sufría ante esto, a él también le habían quitado la posibilidad de ser padre, era algo que nos había sucedido a los dos, pero él sabe cómo me siento cuando me ocultan cosas y sobreprotegen, cuando no me dejan ser yo misma.
Di las gracias a Esme por la cena y la abracé. Necesitaba salir de aquí, me sentía decepcionada y dolida. Estoy comenzando a agobiarme, no me dejan ser yo misma, sentía que mi mal humor crecía por momentos, tengo que desahogarme, comienza a faltarme el aire.
- ¡Alice! – la llamé. La necesitaba. Se levantó rápidamente de la mesa y vino hacia mí- Llévame a casa- le dije.
- Bella, yo….- comenzó a decir Edward, pero no le dejé terminar, me había decepcionado y mucho, ahora no era el mejor momento, primero tenía que calmar mi mal humor.
- Tú… tú… ¡Te callas! ¡Ya hablaremos tú y yo! ¿Está claro Edward Anthony Cullen?- le grité. Y me fui hacia la calle lo más rápido que mi estúpida pierna me permitía.
Mi visión se estaba haciendo borrosa a causa de las lágrimas que no dejaba caer, no pensaba mostrar mi debilidad a nadie, ni siquiera a mi propia familia.
Llegue al coche de Alice e intenté abrirlo, no podía estaba cerrado, pero yo insistía, mis lágrimas ya corrían libres, mi garganta luchaba por ahogar un sollozo. Sentí un abrazo familiar, Alice. Me rompo, ya no puedo más, dejo que todo el dolor y frustración salga. Un gran sollozo brotó de mi pecho y Alice me abrazó más fuerte, no hablaba, solo me sostenía. Ella es la que me conoce de verdad, la que entiende como funciono, sabe lo que necesito en cada momento. Siento como abre la puerta del coche sin dejar de abrazarme, me ayuda a sentar e incluso me abrocha el cinturón. Intento subir mis rodillas en el asiento para abrazarlas pero el dolor en mi pierna izquierda me recordó que no podía y todo por aquel maldito encuentro con James, el porqué estábamos sufriendo esta situación. En este momento era cuando más deseaba encontrarme frente a frente con ese cabrón, en cuanto tuviese la oportunidad acabaría con él, ese era mi objetivo. Él había terminado con mis sueños pues yo terminaría con su vida.
No supe que habíamos llegado hasta que sentí que Alice me desabrochaba el cinturón de seguridad y me cogía de la mano para llevarme a casa.
- Vamos cielo, las dos necesitamos pillarnos una borrachera de esas que hacen historia- dijo Alice arrastrándome hacia casa.
Me dejaba conducir por ella. Sentí como buscaba las llaves en mi bolso. Supe que habíamos entrado en casa porque noté el cambio de temperatura.
- Siéntate, ahora vuelvo.
Me tumbé en el sofá, que era donde Alice me había dejado. Me encogí todo lo que pude sin hacerme daño en la pierna. Dejé pasar el tiempo, no quería volver a pensar en todo lo que había pasado, mis lágrimas ya había parado pero el dolor en mi pecho aún seguía.
Sentía ruidos por toda la casa. La puerta que daba a la playa se abrió y cerró varias veces.
- ¡Bells!, ¡Belly! ¡Ya lo tengo todo listo! - abrí mis ojos y la vi saltando enfrente mío con una gran sonrisa- ¡Vamos! - dijo tirando de mi mano.
Me levanté y fuimos cogidas de la mano hacia la cocina. Encima de la isleta había un cubo con hielo y cervezas dentro, una botella de tequila y otra de vodka.
- Coge las cervezas y una de las botellas, ya llevo yo el resto.- Hice lo que me dijo y la seguí.
Salimos a la playa, y pude ver que a unos diez metros del porche había encendido una pequeña hoguera y había colocado cojines y mantas. También pude ver que había cogido el reproductor del iPod. Sonreí, no puede evitarlo mi amiga era única, sabía que esto era lo que yo necesitaba.
Fuimos en silencio hacia la hoguera y nos sentamos. Alice puso su teléfono en la base y comenzó a sonar suavemente los primeros acordes de (*) “So Far Away de Avenged Sevenfold”, la canción no podía ser más perfecta, reflejaba exactamente como me sentía en este momento. Había perdido la oportunidad de ser madre, no la había perdido me la había robado. Esto sería imposible de olvidar, pero espero que con el tiempo y siempre que Edward estuviese a mi lado, el dolor fuese disminuyendo y nuestras heridas sanarían. Suspiré y cogí una cerveza.
Sabía que había sido un poco dura con Edward. Él seguramente pensaba que era lo más apropiado dadas las circunstancias, pero no me gusta que tomen decisiones por mí y que crean que no soy capaz de sobrellevar las cosas. Pero esta situación me había logrado que me diera cuenta que al estar en mi pequeña burbuja de sufrimiento y autocompasión no había visto lo malo que era todo esto para Ed, él también sufría y yo no lo estoy ayudando.
Fije mi vista en las llamas. Necesitaba una vía de escape para todo esto y lo único que tenía claro es que iba a encontrar a James e iba hacerle pagar por todo este sufrimiento.

Ya me había bebido tres cervezas cuando cogí el tequila. Bebí directamente de la botella. Miré a Alice y vi que ella tenía la mirada perdida al mar.
- ¡Alice! – le llamé- me miró y me di una triste sonrisa.
- ¿Porqué a nosotras Bells? ¿Porqué la vida ha sido tan injusta? ¿Hemos hecho algo para que se nos castigue de esa manera? – Yo sabía que ella hablaba en plural porque mi sufrimiento era el suyo y viceversa. Me encogí de hombros, no tenía respuesta. Palmee el sitio libre junto a mí, invitándola y ella vino rápidamente. Pasé mi brazo por sus hombros y la atraje hacia mí.
- No lo sé enana, no sé porqué pero lo que sí sé es que debemos conseguir salir de toda esta mierda. – Escuché como se sorbía la nariz- ¡Oh no Alice, no llores! Sabes que si tú lo haces volveré a hacerlo yo. – Me miró fijamente a los ojos.
- ¿Sabes Bella? He llegado a una conclusión: la vida es realmente una mierda, debemos vivirla día a día y no pensar en lo que pasará mañana- y dicho esto pegó un gran trago de la botella de vodka, yo hice lo mismo con mi botella de tequila. Nos miramos con lágrimas en los ojos y nos abrazamos.
Lloramos juntas, por nuestro dolor. Necesitábamos esto. Necesitábamos desahogarnos, sacar todo fuera para poder seguir adelante. Yo lo necesitaba para ser fuerte nuevamente, para no volver a hundirme, para no hacer sufrir a los que están a mí alrededor.
Una vez nos calmamos seguimos abrazadas mirando las llamas de nuestra pequeña hoguera, era como si quisiésemos quemar todo el sufrimiento que sentíamos en ese fuego.
Nuestro silencio fue roto por la puerta de la cocina al abrirse. Ninguna de las dos necesitaba darse la vuelta para saber quienes estaban allí. Ya nos habían dado nuestro tiempo y espacio. Ahora era cuando los necesitábamos. Yo al menos ansiaba estar con Edward.
Puse la botella en la arena. Me levanté lentamente, dejé caer la manta que nos envolvía a Alice y a mí. Miré hacía la casa y vi a Edward de pié junto a la escalera que daba a la playa. Caminé lentamente hacia él al mismo tiempo que él también avanzaba, cuando sólo nos separaban un par de metros corrí, no me importaba si me hacía daño o no, ahora me dolía más estar separada de él. Abrió sus brazos para recibirme y cuando estuve envuelta entre ellos me di cuenta de que al fin estaba de vuelta en casa.


Edward POV

Después de que Bella y Alice se fueran ninguno pudo terminar de cenar, ni siquiera mi hermano. A mí personalmente se me había cerrado el estómago por completo.
Rosalie no dejaba de llorar, desde que Bella le había abrazado y susurrado algo al oído no se había separado de los brazos de Emmett, quien le susurraba palabras de ánimo y no se movía de su lado.
Jasper estaba con la mirada perdida, seguramente pensando en todo lo que había pasado, analizando el comportamiento de cada uno de nosotros.
Mi padre ayudo a mi madre recoger la mesa y estuvieron en la cocina alrededor de una hora. Cuando salieron se sentaron con nosotros en el salón. Ninguno de nosotros hablaba, cada uno estaba sumido en sus pensamientos.
Durante esas horas estuve pensando en la reacción de Bella, reviví en mi memoria las diferentes caras que puso al comprender que Rose estaba embarazada, la sonrisa que apareció en su rostro, una cara de gran felicidad al enterase que sus amigos iban a ser padres, sin duda ella era feliz por ellos pero inmediatamente después también vi que sus ojos mostraban dolor, seguramente el mismo dolor que sentí yo, no era que no se alegrara por ellos sino que era dolor por lo que nos habían arrebatado a nosotros. Ese dolor era algo con lo que teníamos que aprender a vivir, había que seguir adelante, sé que a ella le costaría algo más pero yo estaría allí para ayudarla, eso sí, si se dejaba. Suspiré. Llevaba tres malditas horas esperando a que pasase un tiempo prudencial para volver a casa y hablar con Bella. En este momento estaría desahogándose con Alice, era la única que había adivinado cómo sería su reacción, de verdad era una buena amiga o hermana como ellas se llamaban.
Ya no podía quedarme más tiempo esperando. Miré nuevamente mi reloj y me levante bruscamente del sofá.
Todas las miradas se dirigieron a mí. Jasper me miró también nervioso, raro en él. Sabía que tenía las cosas complicadas con Alice, nunca habían estado tanto tiempo enfadados.
- Me voy para casa - Le di un beso a mi madre y a Rose.
- Conduce con cuidado hijo, mañana me llamas ¿De acuerdo?- me dijo mi madre preocupada. Yo simplemente asentí con un leve movimiento de cabeza.
- Yo me voy contigo- dijo Jasper poniéndose también en pie.
Volví a despedirme de todos con un simple adiós y me fui hacia el coche.
Jasper me seguía en silencio. Cada uno se fue a su coche y nos dirigimos a casa.
Estacioné el coche en el garaje, detrás del de Bella. Me sudaban las manos, estaba nervioso. Durante los veinte minutos que duró el trayecto pensé en las diferentes reacciones que tendría Bella cuando me viese. No sabía lo que me iba a encontrar en casa. Tomé una gran bocanada de aire y me baje del coche.
Jasper estaba esperándome en la puerta principal. Todas las luces de la casa estaban apagadas, era tarde cerca de las doce.
Cogí con decisión las llaves que tenía en mi mano y abrí la puerta. La casa estaba en absoluto silencio y sólo se me ocurría un sitio en el que pudiesen estar; el porche trasero o en la playa. La playa tranquiliza a Bella. Con pasos calmados me dirigí hacia la cocina, no encendí la luz. Jasper iba detrás de mí.
Una vez allí me asomé por la ventana y lo que vi me dejo sin palabras. Mi hermana y mi chica habían encendido una pequeña fogata y estaban abrazadas y arropadas con una manta, sentadas sobre lo que parecían ¿los cojines de la habitación de invitados? Alice tenía la cabeza apoyada en el hombro de Bella. Parece que estaban en silencio. Desde aquí se escuchaba música, pero no estaba muy seguro.
Me giré y vi a Jasper que miraba lo mismo que yo.
- Creo que llegamos en un buen momento- dijo en voz baja- Ed, siento haber metido la pata, sé que no hay excusa pero…- Me encogí de hombros restándole importancia, el daño ya estaba hecho.
- Vamos a solucionar esto ¿Vale? - me confirmó con simple si.
Puse la mano con miedo sobre el pomo de la puerta, tomé aire para darme fuerzas por enésima vez a lo largo de la noche, abrí y salí. La puerta hizo bastante ruido - tengo que engrasarla- pensé. Baje lentamente las escaleras que llevaban a la playa y esperé.
Observé como Bella dejaba lo que parecía una botella en la arena, se puso lentamente de pié dejando caer la manta que las cubría. Se giró y me miró a los ojos, puede apreciar a pesar de la distancia que nos separaba que los tenía algo hinchados, seguramente por haber llorado, esto me provocó un fuerte dolor en el pecho, había estado llorando… No pude seguir con ese pensamiento porque en ese momento ella comenzó a venir en mi dirección, yo por inercia hice lo mismo, nuestros cuerpos son como imanes, necesitan estar juntos.
Cuando sólo nos separaban un par de metros Bella corrió hacia mí y yo abrí los brazos para recibirla. Cuando la tuve conmigo todo mi cuerpo se llenó de paz, esto era lo correcto. Respiré profundamente llenándome de su olor, ese olor que hacía que me sintiera en casa. Sentí como ella respiraba profundamente, seguramente haciendo lo mismo que yo.
Nos quedamos unos segundos abrazados y de pronto presté atención a la canción que estaba sonando, era (**) "Wonderwall de Oasis”, nuestra canción, la canción con la que bailamos en nuestra primera cita, la canción que demostraba perfectamente que ella era la persona que me había salvado de estar solo, es la persona que me mantiene en pie cada día, y que a pesar de todas las trabas que nos pongan en el camino, nosotros permaneceríamos juntos.
Nuestros cuerpos comenzaron a moverse lentamente siguiendo la dulce melodía de aquella canción que tanto significaba para nosotros.
Cuando la canción terminó Bella se puso de puntillas depositó sus manos a ambos lados de mi cara y me beso dulcemente en los labios. Fue una simple caricia, pero significaba mucho para los dos, sé que con esto ella quería decir lo siento y para mí era como si dijese que me había perdonado.
Puse mis manos sobre las suyas, las cogí y las besé mirándola a los ojos.
- ¡Te quiero! No quería que te enteraras así…- No me dejó hablar.
- No Ed, yo no debería haber reaccionado así – suspiró - sé que tú también lo estas pasando mal y yo no estoy ayudando y…- ahora era mi turno de interrumpirla.
- No cielo, tú me ayudas sólo con estar a mi lado, siendo fuerte, sin rendirte, estando conmigo.
Se puso de puntillas nuevamente y me besó con más ímpetu. Yo le devolví el beso. Puse mis manos en su cintura para atraerla hacia mí, necesitaba sentirla cerca. Pasé mi lengua por su labio inferior, ella abrió su boca para dejarme probarla, me encontré con una mezcla de tequila y… cerveza tal vez, y todo esto mezclado con su propio sabor resultaba exquisito, perfecto, me volvía loco. Nuestra respiración se fue acelerando a medida que el beso subía de intensidad… cuánto echaba de menos hacerle el amor a mi Bella.
Pusimos fin a nuestro ardiente beso solo por la absurda necesidad de respirar. Apoyé mi frente en la suya, abrí lentamente los ojos y vi que los suyos me transmitían amor, confianza y deseo.
Una vez nuestra respiración se normalizó nos cogimos de la mano y sin decir nada fuimos junto a Alice y Jasper que estaban abrazados junto al fuego, supongo que también habían solucionado sus diferencias.
Me senté donde antes había estado Bella, ella se puso entre mis piernas apoyando su espalda contra mi pecho, cogí una de las mantas y nos cubrí. Alice me ofreció una cerveza y la cogí gustoso, estaba sediento, toda la ansiedad me había dejado la garganta seca.
Bebimos tranquilamente y en silencio, sólo se escuchaba el romper de las olas y la suave música que salía del iPod.
Cuando estaba terminando mi cerveza escuché un pequeño bostezo por parte de Bella.
- ¿Nos vamos a la cama, cielo? - Le susurré.
- Tenemos que recoger todo esto Ed. - Me contestó suavemente.
- Nosotros lo recogemos y si os parece bien nos quedaremos a dormir, ya es un poco tarde y hemos bebido. - Dijo Jasper.
- Eso ni se pregunta, sabéis que os podéis quedar siempre que queráis –les dije. Ellos simplemente asintieron y se quedaron abrazados mirando el mar.
Me levanté suavemente y ayudé a Bella a levantarse. Fue hacia donde estaban Jasper y Alice, se inclinó y abrazó fuertemente a mi hermana, ella le devolvió el abrazo. Se miraron a los ojos y sonrieron. Yo también sonreí, era increíble la amistad que les unía.
Bella vino hacia mí, cogí su mano y nos fuimos hacia la casa.
Observé cómo Bella subía las escaleras con dificultad.
- ¿Quieres que te suba, cariño?- pregunté sabiendo que iba a tener un no por respuesta. Frunció el ceño, vi una sombra de duda en sus ojos.
- Por favor. - Me dijo sorprendiéndome. Esto era bueno, confiaba en mí, me mostraba su “debilidad”, me dejaba ayudarle. Sonreí y la cogí en brazos.
Subí tranquilamente hasta llegar a nuestra habitación. La deposité suavemente sobre la cama. Bella encendió la luz de su mesilla de noche mientras yo cerraba la puerta. Me acerqué a ella.
- ¿Te duele mucho? - Pregunté masajeando suavemente su rodilla.
- Hoy me he excedido bastante. Mañana descansaré. - Suspiró.
- Te daré un pequeño masaje ¿Quieres?- Afirmó con una gran sonrisa.
Me arrodillé frente a ella. Le quité las botas junto con los calcetines. Tomé sus pies entre mis manos y frote suavemente para calentárselos, los tenía helados. Una vez tomaron algo de temperatura los levanté e hice que los pusiera encima de la cama, dejándola tumbaba en el centro de esta.
Me levanté e hice lo mismo con mis zapatos y calcetines. Una vez me deshice de ellos volví a arrodillarme, pero esta vez sobre la cama. Pasé mis manos suavemente por sus piernas empezando por los tobillos, fui ascendiendo hasta llegar a su cintura donde acaricié suavemente la piel que quedaba al descubierto. Hice un pequeño recorrido hasta llegar al botón de sus pantalones, los desabroché y baje lentamente la cremallera. Llevé mis pulgares a la cinturilla del pantalón y comencé a bajarlos, Bella me ayudó levantando un poco sus caderas. Una vez que los pantalones estaban fuera de su hermoso cuerpo los dejé caer al suelo y pude fijarme en el color su ropa interior, era negra… ese color me volvía loco en ella. Cogí su pierna izquierda y comencé a masajear suavemente el pie, empezando por el empeine, iba haciendo círculos con mis pulgares a medida que subía por su pierna. Cuando llegué a su rodilla me agaché y fui dejando un camino de besos a lo largo de la cicatriz. Sentí como Bella se tenso e intentó apartar la pierna. No se lo permití.
- ¡Ed! ¡No! Es fea y…- Interrumpí su estúpido discurso tumbándome sobre ella y poniendo un dedo sobre sus labios.
- ¡Shh! Es perfecta, forma parte de ti, de lo que tú eres, de todo lo que hemos pasado juntos. – Besé suavemente sus labios - ¿Puedo seguir?- ella afirmó con un leve movimiento de cabeza.
Fui dejando un pequeño rastro de besos por su mejilla, pasando por su mentón, baje hacia su cuello... cuando llegue a la cicatriz que tenía en esta parte de su cuerpo pase suavemente mi lengua, esta acción hizo que ella se estremeciera, aproveché esa reacción y lo hice un par de veces más. Sentí las manos de Bella juguetear con mi pelo. Mis manos fueron hacia el borde de su jersey, comencé a levantarlo lentamente. Bella se incorporó y se quedó sentada frente a mí, yo aproveché para sacar esa estúpida prenda de su hermoso cuerpo, Bella llevó sus manos a los botones de mi camisa y los desabrocho lentamente dejando suaves besos y caricias por la parte que iba quedando expuesta. Notaba mi erección presionando dolorosamente contra mis pantalones, sus caricias me estaban matando. Cuando desabrochó toda la camisa pasó sus delicadas manos por mi estómago hasta llegar a mi cinturón. No puede evitar estremecerme de puro placer, la había echado tanto de menos….
Con ágiles manos desabrochó mi cinturón y los pantalones, comenzó a bajarlos junto con los calzoncillos con delicadeza, le ayudé a ello.
Una vez estuve desnudo, hice que se tumbara de nuevo. Me apoderé de su boca con ansia, ella me devolvió el beso de la misma forma. Era un beso cargado de necesidad. Mis manos viajaron libremente por su cuerpo, al igual que las suyas por el mío. Llevé una de mis manos a su espalda mientras repartía besos húmedos por su cuello hasta llegar al borde de sus pechos, los cuales lamí por encima del encaje del sujetador. Por fin conseguí desabrocharlo y llevé mis manos a los tirantes para quitarlo de mi camino. Cuando tuve libre acceso a sus maravillosos pechos los lamí, chupé y mordisquee a mi antojo. Bella se arqueaba y gemía de puro placer, mi erección rozaba la parte interna de su muslo, estaba al límite.
Fui bajando lentamente por su cuerpo repartiendo besos por sus costillas, estómago, Bella se arqueaba más hacía mí, juntaba sus piernas buscando algo de fricción. Por fin llegué al borde de su tanga, pase mi lengua por la fina pieza de encaje, lo baje lentamente. Cuando lo saqué la cogí suavemente de los tobillos e hice que abriera las piernas colocándome entre ellas. Levanté una de ellas y fui repartiendo besos y caricias hasta llegar a la parte interna de su muslo, donde mordí suavemente. Bella gimió fuertemente. El olor de su excitación me golpeó haciendo que mi erección se hiciese mayor aún si cabe. Llevé una de mis manos a su centro. Pasé uno de mis dedos por sus pliegues, estaba tan húmeda…. Llevé mi boca rápidamente sin dudarlo, degusté su dulce sabor. Bella se torcía ante mis caricias.
- ¡Ed! ¡Por favor! Te necesito tanto….- decía entrecortadamente.
Hice caso a su petición. Fui subiendo lentamente, lamiendo y saboreando la ligera capa de sudor que le cubría, llegue a su boca, ella me tomó fuertemente del pelo y me besó con urgencia. Nuestras lenguas luchaban por mantener el control. Puso sus piernas alrededor de mi cintura y me empujó hacia ella. Una de sus manos fue a mi pecho y con una suave caricia bajó por el abdomen y siguió bajando hasta llegar a mi miembro, lo acarició suavemente y lo llevó a su entrada. Estaba tan húmeda y caliente. Me adentré lentamente en ella. Tenía que ir despacio, estaba demasiado excitado, no aguantaría mucho. Bella levantó sus caderas señalándome así que entrara en ella más rápidamente y así lo hice. Cuando estuve completamente dentro me quedé quieto unos instantes, de verdad que necesitaba calmarme, notaba que estaba demasiado cerca. Besé sus labios saboreándolos, prolongando el momento.
Cuando me noté más calmado comencé el vaivén tan conocido por nosotros. Al principio fue lento, pero cuando Bella comenzó a arañarme la espada y a morder uno de mis hombros mi excitación era imposible de controlar. Sabía que Bella estaba cerca, su respiración se aceleró, se levantaba en un arco perfecto su espalda del colchón. Aceleré mis movimientos y sentí como Bella se cerraba entorno a mí y soltaba un fuerte gruñido. Ahora era mi momento y con un par de estocadas más llegué al anhelado orgasmo. De mi pecho brotó un fuerte gruñido acompañado de un ¡Bella!
Dejé caer mi peso encima de ella sin llegar a hacerle daño. Estábamos sudorosos. Puse mi cabeza entre sus pechos y deje un suave beso. Ella me acariciaba el pelo lentamente.
- Sabes que te quiero ¿Verdad? - Me dijo suavemente.
- Tanto como te quiero yo a ti. – Conteste mientras me tumbaba a su lado y la llevaba junto a mí.
- Entonces es mucho. - Dijo riéndose.
- Demasiado. - Dije riéndome con ella.
Cogí las mantas y nos arropé.
- Es hora de dormir princesa. - Besé sus labios.
- Creo que voy a dormir como hace mucho que no hacía- Me contestó acurrucándose entre mis brazos.
- Buenas noches cielo.
- Uhmm…- Fue su respuesta.

Estiré el brazo y apagué la lámpara de la mesilla de noche. Cerré mis ojos y pensé en todo lo que había pasado hoy. Sabía que había surgido un cambio importante en el comportamiento de Bella, que era un cambio positivo, pero también era consciente de que nos quedaba mucho camino por recorrer pero estaba seguro que estando juntos podríamos conseguirlo.

Capítulo 7

Alice POV
Aquí estoy en el coche a las once de la noche, con lágrimas en los ojos camino de casa de Bella y Edward tras haber discutido con Jasper.
Llevamos unas semanas muy difíciles, el ataque de Bella nos ha afectado mucho a todos. Jasper siempre está analizando todos sus movimientos y no la dejan respirar.
La discusión de esta noche ha sido porque mañana mi madre ha decidido hacer una cena para reunirnos todos y que haya un poco de normalidad en muestras vidas, pero sé que Emmett y Rose quieren darnos una gran noticia. Se lo que nos quieren decir desde hace unos días, pero no me han dejado comentar nada ya que tienen miedo a la reacción que pueda tener Bella pero yo sé que ella va a estar muy feliz por ellos.
Hoy cuando le he comentado a Jasper la situación me ha dicho que le parece bien que no le cuenten nada de momento, que ella no ha aceptado todo lo que ha pasado y eso haría que se cerrara y no avanzaría, yo le dije que ella lo único que quiere y necesita es volver a la normalidad, seguir adelante, no quiere que la gente esté pendiente de ella, no es una persona delicada a la que hay que meter entre algodones. No, ella es fuerte siempre ha salido adelante con todo, las cosas las quiere claras, sin tapujos.
Pero aquí mi querido marido tuvo que sacar su “profesionalidad” ¡Ja! ¡Loquero de pacotilla! me dijo que él sabía mejor que yo lo que había que hacer con Bella, que él era un profesional que para eso había estado tantos años en la universidad, yo le intenté explicar que con Bella las cosas no funcionaban así, que yo sabía lo que era mejor para mi mejor amiga que la conocía y le dije que sus truquitos de la universidad no le iban a servir de nada, el volvió a insistir que estaba equivocada, que estaba siendo imparcial que no tenía ni idea, yo insistía en que Bella era distinta hasta él me dijo que yo sólo sabía vender bragas, ¡Que yo sólo sé vender bragas! Cuando me dijo eso explote, le di una bofetada y fui a nuestro cuarto, hice una pequeña maleta y me fui de casa.
Suspiro fuertemente y aparco el coche en el porche trasero, por si Jasper decide venir a buscarme le cueste más ver el coche - Idiota- murmuro mientras cojo la pequeña maleta que traía.
Me voy hacia la puerta principal y noto que hay una pequeña luz en el salón, toco el timbre mientras me sorbo la nariz. A los pocos segundos me abre la puerta un Edward con el pelo revuelto y algo sonrojado, hago una mueca, pero al verme llorar me abraza y dice:
- ¿Qué pasa Alice?, ¿Por qué está llorando pequeña?- mis lágrimas no dejan de caer.
- Necesito a Bella, le contesto hipando.- Fue nombrarla y ya la tenía frente a mí con sus brazos abiertos, solté la maleta que tenía en las manos y corrí hacia ella. Me abrazó fuertemente.
- ¿Jasper?,- preguntó, yo simplemente asentí. En ese momento sonó el teléfono, vi como mi hermano fue a cogerlo. Bella me acariciaba el pelo y daba pequeños besos en la frente.
- Si, - ¡Hola Jasper!, - Sí está aquí, dijo Edward- yo me tensé, lo que menos quería hacer ahora era hablar con él. Bella al notarlo miró a Edward y le negó con la cabeza- Tranquilo Jasper hoy se queda aquí con nosotros. – Respiré más tranquila- Creo que es lo mejor. – Sí, de verdad Jasper. – No creo que sea el momento, ella ahora está con Bella fuera. – Te llamaré si hay cualquier cosa.- Colgó el teléfono y cogió mi maleta.
- Voy a…. a revisar unos expedientes, si eso….- Y se marchó escaleras arriba.
- ¿Quieres hablar?-me preguntó Bella suavemente.
- Ahora no ¿Podemos esperar un poco? - le dije esperanzada, no sabía cómo contarle sin decirle que habíamos discutido por ella.
- Vamos al porche a ver las estrellas mientras nos tomamos una copita de vino ¿Te parece?- Respiré hondo y me separé lentamente de su abrazo.
- Bien - limpié mis lágrimas con las mangas del jersey y seguí a Bella a la cocina. Cogió unas copas y la botella de vino y se sentó en el balancín, me senté a su lado y apoye mi cabeza en su hombro. Ella era una de las pocas personas con las que de verdad podía ser yo misma, sin ser juzgada por ser demasiado entusiasta o demasiado activa, ella de verdad me conocía, al igual que yo a ella. Estuvimos un rato en silencio, no sé exactamente cuánto tiempo, sólo sabía que nos habíamos bebido al menos tres copas de vino cada una. De pronto sentía que Bella comenzó a reír, levanté una ceja preguntándole que era lo que le causaba tanta gracia, ella al verme le salió una gran carcajada, hacía tanto tiempo que no la veía reírse así…., me contagió la risa y no sabía porque nos estábamos riendo.
- ¿De qué nos estamos riendo?- le pregunté intentando no reírme más.
- Me estaba acordando de la primera vez que discutiste con Jasper. - Y comenzó a reírse de nuevo. Yo al hacer memoria también comencé a reírme con más ganas.
- Recuerdas cuando llegó a mi casa vestido de con esa falda y el ramo de rosas ¿La cara que puso mi padre al abrirle la puerta? ¡Recorrió todo Forks vestido así!- las dos comenzamos a reinos más fuerte. Habíamos discutido porque le pedí que me ayudara como maniquí para mi proyecto de final de carrera, y él se negó rotundamente y me llamó loca, yo no me lo tomé muy bien y fui corriendo a los brazos de Bella, él para que le perdonase se presentó en casa de Bella con la falda que quería que se pusiese.
- Estaba muy gracioso- le dije a Bella más calmada.
- El hace cualquier cosa por ti Alice. Te quiere más allá de lo imaginable. Sea lo que sea por lo que hayáis discutido tiene solución cariño- Me dijo apretando suavemente mi mano.- Sé que no me quieres contar aún y no te voy a presionar, pero sea lo que sea no dejes que estropee eso tan bonito que tenéis ¿Vale?- Me dio un beso en la frente, entró en la cocina y salió con el teléfono en la mano.- Llámale, y soluciona las cosas. Yo me voy a la cama. Me besó y abrazó fuertemente. Se metió en casa- ¡Cierra cuando os vayáis!- Me dijo desde dentro. Miré el teléfono y pensé en todo lo que me había dicho Bella, respiré hondo y llamé a ese número tan importante para mí.

Edward POV
Una vez dejé la maleta de Alice en el cuarto de invitados me fui al despacho a revisar los expedientes que tenía pendientes.
La ventana que daba a la playa estaba abierta, corría una pequeña brisa, era agradable.
Me preguntaba por qué habrían discutido Alice y Jasper. ¿Cual habría sido el motivo? Sabía que Alice siempre que tenía un verdadero problema recurría a Bella, en realidad siempre acudía a ella, no buscaba consuelo o apoyo en otra persona y eso era así desde que se conocieron, se hicieron inseparables. Sólo se alejaron la temporada que Bella estuvo en la academia y aún así hacían todo lo posible por verse.
Su relación era muy especial, se gritaban e insultaban, pero al segundo siguiente estaban abrazadas y riéndose.
Jasper y yo sabíamos que ante cualquier problema recurrirían la una a la otra y una vez estuvieran calmadas y se hubiesen desahogado vendría a nosotros. A veces tenía celos de mi hermana, sé que es algo irracional, pero es algo que no podía evitar, Bella se había abierto a ella en lugar de hacerlo conmigo pero entendía que Alice era más imparcial, yo era demasiado sobreprotector y sé que Bella necesita su espacio y su independencia, es muy orgullosa, todo lo que ha conseguido ha sido gracias a su fortaleza y coraje, nunca ha demostrado su debilidad, aunque últimamente se ha desahogado conmigo, no sé el motivo, pero estoy muy agradecido, yo sólo quiero lo mejor para ella, mientras ella es feliz yo también lo soy.
Mis ojos empezaban a cerrarse debido al cansancio, miré mi reloj y vi que eran cerca de las dos de la madrugada. Cerré la carpeta y froté fuertemente mi cara con mis manos, estaba agotado, apagué la luz de la mesa del despacho y me dirigí hacia la ventana para ver si veía a Alice y a Bella. Cuando estaba llegando escuche la risa de Bella, de manera involuntaria se me dibujo una sonrisa en mi cara. De pronto la risa se volvió carcajadas, aceleré el paso para ver si podía verlas, hacía tanto tiempo que no la escuchaba reír así…. Sentí una gran alegría, mi pequeña poco a poco va volviendo la normalidad.
Miré por la ventana y pude verlas riéndose fuertemente, estaba ansioso por saber cuál era el motivo por el que se reían así, pero decidí dejarles cierta intimidad, cerré la ventana y me fui a nuestro cuarto.
Una vez acostado, el cansancio me venció. No fui consciente que me había quedado dormido hasta que el despertador sonó a las siete de la mañana como todos los días.
- ¡Apaga eso Ed! Me va a reventar la cabeza - dijo Bella. Lo apagué y mi giré para verla. Tenía la cabeza debajo de la almohada. Sonreí y negué levemente, ayer se pasó un poco con el vino. Levanté un poco la almohada.
- ¿Resacosa?, -le dije sonriendo. Obtuve un gruñido por respuesta. -Eso parece ser un sí- le dije riendo.
- No te rías Ed – me dijo quitándose la almohada de la cabeza – Esto es culpa de Alice- me dijo haciendo un puchero. Me acerqué y le di un pequeño beso en los labios.
- ¿Quieres algo para el dolor de cabeza o crees que durmiendo un poco más se te pasará?- le dije apartándole el pelo de la cara.
- Creo que voy a dormir un poco más, no tengo ningún plan- dijo tapándose nuevamente la cabeza con la almohada. Sabía que el estar sin hacer nada estaba agobiándola, si seguía con la monotonía terminaría explotando.
- ¿Alice se fue anoche o se quedó a dormir? – pregunté, necesitaba saber cómo estaba mi hermana.
- La dejé cuando iba hablar por teléfono con Jasper, no sé si vino a buscarla o no ¿Por qué no vas a ver si está? ¡No espera! mejor voy yo, si sigue aquí es que las cosas no se han solucionado – esto lo dijo levantándose rápidamente de la cama, puso una mueca de dolor al apoyar la pierna lesionada en el suelo – ¡Estúpida pierna! –murmuraba saliendo de la habitación cojeando. Suspiré, era imposible que Bella tuviese cuidado.
Cuando estaba entrando en el baño escuche a mi hermana insultar a Bella y luego a las dos reírse, seguro que Bella se tiró encima de ella, Alice no tenía un buen despertar y Bella lo sabía, seguro que lo hizo para animarla. Si está aquí significa que las cosas con Jasper no se habían solucionado.
Después de ducharme y vestirme baje a la cocina donde me encontré a Alice y a Bella desayunando.
- Vaya….No me habéis esperado ¡eh!
- Lo siento hermanito, pero teníamos que reponer fuerzas después de la mini fiesta de anoche - me dijo con la boca llena.
- Al menos podrías tragar antes de hablar enana, ¡Qué asco! –le dijo Bella riéndose, Alice ante eso abrió la boca enseñando la tostada a medio masticar. Negué con la cabeza y me senté a desayunar.
Con el estómago lleno y habiendo escuchado las tonterías de Alice sobre lo importante que es masticar la comida al menos veinte veces, me despedí de ellas. Dijeron que nos veríamos directamente en casa de mis padres. Hoy Bella iba a pasar el día en la tienda con Alice y a la hora de la comida irían al hospital para ver a Charlie. Me alegraba que hoy Bella hiciese algo distinto, necesitaba cambiar de aires y Alice necesitaba a Bella.
Me encontraba en mi despacho revisando el expediente de Charlie. En estos dos meses apenas había sufrido ningún cambio, todo seguía igual lo cual me preocupaba bastante. Todas las pruebas que se le habían realizado mostraban que los daños que había producido la bala estaban evolucionando correctamente, pero nada indicaba porque aún no había despertado. Su actividad cerebral era normal, ahora respiraba por sí mismo, se le había retirado la respiración asistida. Esperaba que hubiese algún cambio, porque si no lo había pronto era posible que Charlie no saliese nunca del coma y eso a Bella….
En ese momento mi teléfono móvil sonó. Miré la pantalla y vi que se trataba de Jasper, respiré hondo y descolgué:
- Buenos días Jasper ¿A qué debo tu llamada? –pregunté.
- Buenos días Edward, -contestó quejumbroso, le escuché suspirar - Te llamaba para ver si querías tomar un café -le notaba nervioso, cosa rara en él.
- Está bien Jasper, yo no tengo ninguna consulta hasta dentro de un par de horas. ¿Te va bien en media hora en la cafetería que está en la esquina del hospital?
- Por mi está bien, nos vemos en media hora Edward.
- Hasta luego.- con eso di por terminada la conversación.
Después de esquivar a la enfermera Avanger y comprobar que el estado de Charlie era el mismo de todos estos días, fui al encuentro con Jasper.
Llegué a la cafetería y busqué a Jasper, le vi sentado con la mirada perdida en la cucharilla con la que movía su café. Fui hacia su mesa y me senté frente a él. Me miró e hizo un intento de sonrisa
- ¿Mala noche? –pregunté.
- Podría mentirte y decirte que dormí como un bebé pero…. No he dormido absolutamente nada.- me contestó pasándose las manos por la cara.
- Sabes que no suelo meterme en tu relación con Alice, pero sea lo que sea lo podéis solucionar. Si quieres puedes contarme, pero si me has llamado es porque tienes algo que decirme ¿no?- le decía mientras le hacía señas al camarero para que trajera dos cafés. Jasper tomó aire se acomodó más en la silla.
- No sé cómo empezar Edward, porque esto también tiene que ver con vosotros. Puede que Alice tenga razón y esté equivocado pero… - le corte.
- ¿Qué tiene que ver con nosotros el hecho de que Alice y tú hayas discutido? A menos que sea por algo relacionado con…- El me cortó a mí en esta ocasión.
- Bella- dijo. Yo me tensé.- No te pongas así -me dijo tranquilamente- Te lo voy a explicar todo.
- ¡Pues al grano Jasper!- le dije algo brusco.
- Como sabes, esta noche hay cena en casa de tus padres.- asentí- Tu madre quiere reunirnos a todos porque cree que necesitamos volver a la normalidad, cosa que yo estoy de acuerdo, pero otro de los motivos es porque….- le note que dudaba si decirme, le indiqué moviendo la mano que siguiese- Rose y Emmett van a ser padres.- En ese momento sentí un pequeño dolor en el pecho, recordando que yo también podría estar esperando un bebé. Aparté rápidamente ese pensamiento, yo tenía que ser fuerte para Bella.- Sé que para ti no es fácil, - continuo Jasper - Pero… Sé que Bella está fingiendo, nos hace creer a todos que ella está bien, que todo lo que ha pasado no le ha afectado, pero el que Rose y Emmett estén esperando algo que vosotros no pues…- suspiré llevando mis manos a la cara, froté fuertemente mis ojos y miré a Jasper.
- Crees que Bella no lo debe saber de momento ¿No? ¿Es por eso que Alice y tú habéis discutido? –afirmó mi pregunta con la cabeza- Conociendo a mi hermana cree que lo mejor es decírselo a Bella - Volvió a afirmar. Bufé frustrado.
- Quería hablarlo contigo. Creo que a Bella no le haría bien saberlo aún, que eso le haría cerrarse, no avanzar, pero también quería preguntarte tu opinión. Nadie la conoce mejor que tú- levanté una ceja, con incredulidad.
- Jasper…, es una decisión muy difícil…. No sé cómo va a reaccionar Bella. Ella no es una persona “normal”, pero creo que deberíamos hacer lo que tú consideres oportuno, lo que menos quiero es que ella sufra, ella es lo más importante para mí, lo sabes, cualquier cosa que la haga sufrir….
- Lo sé. Por eso creo que deberíamos esperar. Alice piensa que me equivoco, que Bella es más fuerte de lo que parece, que es capaz de afrontarlo, que de hecho se va a alegrar por ellos, que se va a molestar mucho si se lo ocultamos, pero creo que es lo mejor Ed, de verdad.
- Lo que dice Alice también es cierto Jasper,- suspiré- pero haremos lo que tú creas que es lo mejor para ella, tú eres el….- Terminó por mi.
- ¿Profesional? sabes… estoy empezando a odiar esa palabra- dijo más animado.
- ¿Cómo haremos para que Emmett y Rose no lo digan esta noche? Sé que para ellos es un motivo de alegría, pero…
- Iremos un poco antes de que Bella y Alice lleguen a la cena y les explicamos, no creo que haya ningún problema. – Eso espero pensé.
Terminamos nuestros cafés y hablamos de cosas sin importancia, de los pacientes de Jasper y de los míos. Nos despedimos con la promesa de vernos sobre las siete de la tarde en casa de mis padres.

El resto del día pasó sin mayores acontecimientos, entre consultas y una operación a primera hora de la tarde llegó la hora de salir.

Cuando llegue a casa de mis padres y pude ver que estaban todos los coches menos el de Alice respiré hondo y salí del coche. Una vez entré vi que estaban todos sentados en el comedor.
- Buenas tardes – dije acercándome a mi madre, le di un beso en la mejilla.
- Buenas tardes Edward, te estábamos esperando- dijo Jasper nervioso. Me senté al lado de Rose y cogí la mano a modo de saludo.
- Bueno visto que ya estamos todos- mi madre iba a interrumpir a Jasper pero él negó con la cabeza- tengo que hablar con vosotros, pero primero- dijo poniéndose de rodillas delante de Rose, le cogió las manos.
- ¡Felicidades hermanita!- Rosalie se sorprendió- Me lo dijo Alice ¡Enhorabuena a ti también Emmett!- mi hermano sonrió y abrazó a su mujer. En ese momento se escuchó un jadeo por parte de mi madre.
- ¡Dios mío! ¡Voy a ser abuela!- decía emocionada con lágrimas en los ojos. Fue donde estaban mi hermano y Rose y los abrazó.
- ¡Vaya…! Voy a ser abuelo….- Mi padre se le veía emocionado, me miró y me dio una mirada triste. Negué ligeramente y abrazó también a los futuros padres. Cuando todos terminaron sus felicitaciones fue mi turno.
- Me alegro muchísimo por vosotros, no sabéis la alegría que me da- notaba como se formaba un nudo en mi garganta, lo cual me hizo acláramela. Los abracé fuertemente.
- Yo… la verdad es que queríamos decíroslo esta noche a todos, pero Alice me vio tomándome las pastillas neonatales y…
- Tranquila cariño, imagino cómo se pondría mi hija- dijo mi padre riendo.- Y hasta que no se lo dijiste no paro ¿Verdad?
- La verdad es que así fue- le contestó también riéndose.
- Bueno… - dijo Jasper tras aclararse la garganta y mirar el reloj- No tenemos mucho tiempo. Ayer Alice me lo contó, y me alegré muchísimo por vosotros, y también me dijo que teníais miedo por la reacción de Bella - mi madre agacho la cabeza y se llevo una mano a la boca ahogando un sollozo- Pues veréis, después de pensarlo, creo que lo mejor sería esperar a decírselo, para ella va a ser duro, también se que no es justo para vosotros- dijo mirando a Rose y Emmett, pero comprenderéis que...- Emmett le interrumpió.
- Rose y yo lo hemos hablado, esperaremos todo lo que sea necesario por el bien de Bella. Apenas estamos de 2 meses. Nos gustaría compartir nuestra felicidad con ella pero también sabemos que para ella va a ser muy duro por el recuerdo de…- en esta ocasión fue mi madre la que habló
- Creo que os estáis equivocando y no dudo de ti Jasper, Bella se alegrará mucho por vosotros - dijo mirando a mi hermano y a Rosalie- ella es fuerte y está deseando volver a la normalidad. Con vuestra sobreprotección no le hacéis ningún bien, pero haré lo que creáis oportuno – le dio un fuerte abrazo a Rose- Voy a terminar de preparar la cena, Alice y Bella deben estar a punto de llegar- con esto se fue hacia la cocina.
- Yo creo que… - mi padre no terminó de hablar porque en ese momento escuchamos la puerta de la entrada.
- ¡Hola familia! ¡Estamos en casa! – gritaba Alice riéndose con Bella.
Jasper se puso de pie rápidamente, mi padre cogió un libro de los que descansaban en la mesita de centro y se puso a leer, Rosalie se levantó y fue a saludarlas, yo me senté al lado de Emmett y giramos la cabeza hacia el pasillo de la entrada. Por poco, pensé.
- ¡Hola Rose! – Le dijo Bella abrazándola- Me tienes abandonada, dijiste que ibas a venir a casa esta semana a tomar café y aún te estoy esperando – Rosalie le devolvió el abrazo.
- He estado muy liada en el trabajo cariño, hoy por ejemplo he tenido que enseñar una casa cerca del bosque a una enfermera del hospital, estaba ansiosa por alquilarla y he tenido que ir a la hora de la comida.
- Está bien, te perdono, pero no te acostumbres – dijo sonriendo- Emmett tienes que cuidar más a Rose, eso de que se salte las comidas no me gusta- Emmett se tensó a mi lado, le di un pequeño codazo para que reaccionara.
- Ya sabes cómo es Bells, da igual lo que le diga, ella hace lo que quiere.
Dejaron las bolsas que traían y vinieron hacia nosotras. Alice se sentó en el reposabrazos del sofá donde estaba sentado mi padre y le pasó un brazo por los hombros, mi padre la dio un beso en la mejilla. Jasper ante el saludo inexistente que le dio su esposa se sentó en el sofá que tenía más cerca y agachó la cabeza.
Bella vino hacia mí y se sentó en mi regazo dándome un pequeño beso en los labios, a Emmett le dio un golpe el brazo.
- ¡Eh! ¿Eso porque? – preguntó molesto.
- Porque no cuidas de tu esposa. Tiene ojeras y hoy se ha saltado la hora de la comida, tienes que estar pendiente de ella.- Él bufó molesto y murmuro algo entre dientes- ¡No me repliques oso!- le dijo.
- ¿Dónde está tu madre?- me preguntó.
- Creo que está en la cocina terminando de hacer la cena- le conteste colocándole un mechón de pelo tras la oreja.
- Bien, iré a ayudarla- Se levantó más rápido de lo que debía y puso una mueca de dolor.
- Bella…- le recriminé.
- Estoy bien, a veces se me olvida- dijo sonriendo, suspiré, era imposible.
- Voy contigo – dijo Alice rápidamente, se notaba que no quería quedarse en el mismo lugar donde estuviese Jasper. Rosalie fue con ellas.
Mi padre levantó la vista del libro y miró a Jasper, este negó y justo cuando Emmett iba a hacer alguno de sus comentarios fuera de lugar nos llamaron para cenar.

Estábamos sentados en la mesa. Alice se sentó lo más lejos que pudo de Jasper, a lo que mi madre levantó una ceja de incredulidad, pero a los pocos segundos al ver como Alice se sentaba al lado de Bella y le susurraba algo al oído comprendió lo que había pasado.
Estábamos terminando con el primer plato cuando Bella rellenaba su segunda copa de vino, llenó también la copa de Alice, cuando preguntó:
- Rose, apenas has probado el vino, ¿Prefieres que te traiga blanco o rosado? – Ante esa pregunta Rose no supo que contestar, a lo que Jasper contestó por ella.
- Quizás a Rose no le apetezca vino Bella ¿No es así Rose?
- Si, si… no me apetece vino hoy Bells - dijo nerviosa.
- Si tú lo dices… – dijo frunciendo el ceño. Mi padre al ver que la situación estaba algo tenso decidió hablar.
- ¿Qué habéis hecho hoy Alice? – en ese momento Alice y Bella se miraron y comenzaron a reír. Jasper y yo nos miramos extrañados.
- Nada…. fuimos a la tienda “vendí unas cuantas bragas”- esto lo dijo mirando a Jasper fríamente- y al ver que no había mucho que hacer hoy nos fuimos a Port Angeles de compras- dijo encogiéndose de hombros - Bella comenzó a reír fuertemente la curiosidad me pudo y le pregunté.
- ¿Qué es tan gracioso cielo? – ella me miró y rió con más fuerza. Alice le acompañó.
- Cuéntanos Bells, yo también quiero reírme, además Rose no puede quedarse con esa incertidumbre eso no le viene bien en su estado. – Cuando dijo eso Bella dejó de reír, todos menos Alice miramos a Emmett recriminándole, Bella dibujo una dulce sonrisa en su cara, que a los pocos segundos cambió por una de molestia. Nos miró a todos, yo agache la mirada, sabía que lo había adivinado.
- ¿Por qué no puede quedarse con la incertidumbre, Emmett? – le preguntó con burla. Emmett abría y cerraba la boca sin decir nada. Bella se tiró la servilleta sobre la mesa, miró a Alice, ésta le afirmó con la cabeza, fue donde estaban Rose y Emmett y abrazó a Rosalie, le susurró algo al oído y esta le abrazó fuertemente sollozando. Miró a Emmett, le dio un golpe en el hombro y luego un beso en la mejilla.
- Felicidades, no sabéis lo que me alegro por vosotros, es lo mejor que os puede haber pasado. – Me miró, luego miró a Jasper – No tengo 5 años, soy una mujer madura que no se rompe ante las alegrías de su familia, me duele que no confiéis en mi, sobre todo tú Edward. – Sus ojos mostraban decepción- Gracias por la cena Esme- fue hacia donde estaba mi madre y la abrazó.
- ¡Alice! – se levantó rápidamente de la mesa y fue a su lado- Llévame a casa.
- Bella, yo….- no me dejó hablar-
- Tú… tú… ¡Te callas! ¡Ya hablaremos tú y yo! ¿Está claro Edward Anthony Cullen?- me gritó. Miré como se iba hacia la puerta seguida por Alice, iba a seguirlas cuando mi madre me cogió del brazo.
- Ahora no Edward. – Negaba con cara triste- Os dije que os equivocabais- dijo susurrando.

Me recosté en la silla, puse mis manos en la cara, estaba avergonzado. Había fallado a Bella, y lo más triste de todo era que mi hermana la conocía mejor que yo. Debía haber hecho caso a mi instinto y haber sido sincero con ella. Ahora tenía que solucionar esto, tenía que explicarle el por qué habíamos actuado así, pero conociéndola seguiría enfada con nosotros por no confiar en ella. Esto iba a ser difícil, me quedaba una larga noche por delante.

Capítulo 6

Edward POV
Después de un largo día en el hospital voy camino de casa. La casa que Bells y yo compartíamos, a la cual se supone que deberíamos habernos mudado una vez nos hubiéramos casado pero todo lo acontecido nos había hecho cambiar nuestros planes.
La casa había sido un regalo por parte de Charlie, había pertenecido a su familia, concretamente a su madre.
Estaba situada al lado de la playa a apenas 10 minutos de La Push. Cuando Charlie nos entregó las escrituras la noche que le dijimos que nos casábamos nos dejó totalmente perplejos.

Después del sí que Bella me dio a mi rara propuesta de matrimonio, nos pusimos a terminar la cena de la fiesta sorpresa de cumpleaños de Alice.
A los pocos minutos llegaron Jasper, Emmett y Rose, los cuales nos ayudaron a que todo estuviera listo para cuando Alice llegara. En cuanto ésta entró por la puerta no le pasó desapercibido el anillo de compromiso y nos felicitó emocionada diciendo que ella se ocuparía de todo y que lo dejáramos todo en sus manos. Conociendo el entusiasmo de Alice y el carácter de Bella tuve que intervenir para que mi ahora prometida no me devolviera el anillo de compromiso y se negara a casarse conmigo.
Después de llegar a un acuerdo con Alice y de calmar a Bella que estaba amenazando a todos que nos fugaríamos a casarnos a Las Vegas, celebramos el cumpleaños de Alice.
Después de la celebración pasamos un fin de semana tranquilo, fuimos a comer al día siguiente a casa de mis padres para darles la buena noticia y tras las felicitaciones por parte de todos acordamos que la boda se celebraría en unos 8 meses.
Para mí ahora venía la parte más difícil que era darle la noticia a Charlie. Estábamos viendo una película mientras mi futuro suegro regresaba de su fin de semana de pesca. Estaba muy nervioso, sabía que Charlie aprobaba nuestra relación y que quería mucho a mi familia pero también tenía claro que Bella era lo más importante en su vida, y que el hecho de que ella se casara era que su preciado tesoro se fuera de casa y comenzara una vida separada de la suya. Mi miedo era la reacción que él pudiera tener. No dejaba de moverme, no encontraba una postura cómoda, sabía que Bella me observaba divertida hasta que escuche un bufido por su parte.
- Ed, ¿Qué te pasa? Deja de moverte, parece que tienes pulgas – me dijo riéndose. Yo le miré levantado una ceja- De verdad no tienes que preocuparte no te va a disparar ni nada parecido ¿Sabes?- eso no se me había ocurrido.
- Bells cielo, y si no se lo toma bien, y si…..- no me dejo terminar, se sentó en mis piernas con las suyas a cada lado de las mías, cogió mi cara entre sus manos y mirándome fijamente dijo
- Él se alegrará Ed. Estará contento de que su princesa sea feliz. – Acercó lentamente su cara hacia la mía y me dio un pequeño beso en los labios. Eso me tranquilizó- ¿Mejor ahora?- me preguntó con una sonrisilla traviesa. Puse mis manos en sus caderas y la acerque más a mí, dirigí mi mirada a sus labios, ella al notar donde miraba se los humedeció lentamente sacando su lengua, me estaba provocando y lo sabía pero como buen hombre enamorado de su mujer… caí. Ataque su pequeña boca de forma desesperada, introduje mi lengua sin ningún tipo de aviso, necesitaba sentirla, saborearla, ella me volvía loco. El beso fue correspondido con la misma intensidad por su parte, nuestras manos acariciaban todo lo que tenían a su alcance, estaba en el paraíso, pero necesitábamos parar, esto se nos podía ir de las manos y Charlie estaba a punto de llegar. Fui bajando la intensidad del beso, pegue mí frente a la suya, teníamos que calmarnos. Los dos respirábamos entrecortadamente. Abrí lentamente mis ojos y vi que ella me estaba mirando con dulzura. - ¿Mejor ahora? –me preguntó a lo que yo no pude hacer otra cosa que reír. La abracé y en ese momento se escuchó cómo se abría la puerta de la entrada.
- ¿Bells?, ¡Pequeña ya he llegado!- Ese era Charlie. Bella se bajo rápidamente de mi regazo, se colocó un poco la ropa y el pelo.
- Estamos en salón papá- le contestó tranquilamente. Yo mientras tanto también coloque mi ropa y mi pelo. Escuchaba los pasos de Charlie aproximarse hacia nosotros, tomé aire fuertemente preparándome para lo que venía a continuación.
- ¡Hola chicos! ¿Qué tal les fue el fin de semana? ¿Qué tal la fiesta sorpresa de Alice? ¿Se tomó bien tú broma Bells?-Preguntaba mientras se sentaba en el sofá que se encontraba en frente del que ocupábamos nosotros.
- Todo estuvo genial papá, no se lo esperaba para nada. La carne me quedó muy bien, esa receta la tengo que hacer para ti- le dijo Bella con naturalidad.
- ¿Qué tal todo Edward?, ¿Alguna novedad por el hosp…- no le deje terminar, estaba demasiado nervioso, tenía que decírselo, cuanto antes se lo dijera más fácil sería todo ¿no?
- Bella y yo nos vamos a casar-dije rápidamente, no sé si entendió algo de lo que dije. Me pareció ver que sonreía. Se levantó y se dirigió a la mesa que usaba como despacho, abrió un cajón de dónde sacó una carpeta. Se dio la vuelta y se vino hacia nuestra dirección. Se quedó de pie, le dio la carpeta a Bella, ella la cogió y le miró con duda. Yo estaba nervioso, ¿Qué tenía la carpeta?, ¿Por qué no ha dicho nada?
- ¿Qué es esto papá?- preguntó Bella
- Ábrelo, -contesto tranquilamente mientras volvía a sentarse. Bella no dijo nada, lo abrió y comenzó a leer. De pronto escuche un jadeo por su parte, le miré esperando respuestas.
- Sabía que esto pasaría y quería haceros un pequeño regalo de bodas. Sé que no es gran cosa pero también se lo mucho que te gusta esa casa - Un momento, ¡Charlie nos había regalado una casa! ¿Cómo sabía que le iba a pedir a Bella que se casara conmigo? Debía tener todas esa preguntas dibujadas en mi cara por lo que Charlie me dijo
- Se te notaba demasiado Edward. Últimamente cuando venías a casa cuando estabas conmigo te veías nervioso, y te metías la mano en el pantalón, supongo donde tenías guardado el anillo de compromiso, así que… sumé dos más dos y…. – Yo estaba perplejo, había tenido tanto miedo por su reacción que esto no me lo esperaba, ahora entendía de donde había sacado Bella su forma de ser.
- Pero papá, ¡Una casa, la casa de la abuela! – le dijo Bella emocionada.
- Es vuestra, necesitareis una casa para vivir ¿No? – dijo con una gran sonrisa. Bella se levantó y abrazó fuertemente a su padre mientras le daba besos por toda la cara. Charlie reía a carcajadas, yo me uní a él. Me levante y le di la mano a Charlie.
- Muchas gracias Charlie, de verdad que no sé como agradecértelo.
- Sólo hazla feliz.

Estaba tan metido en mi recuerdo que no me había dado cuenta que ya había llegado a casa. Aparqué y me quedé en el coche contemplándola.
Era una casa perfecta para nosotros. Estaba dividida en dos plantas. Era de madera y la habíamos pintado en tonos claros, las ventanas estaban pintadas en un amarillo muy suave y las paredes en blanco. En la planta superior había tres habitaciones y dos baños. La habitación principal, la nuestra, tenía vistas al mar. Bella la había pintado con colores tierra, la pared frontal, donde estaba la cama era de marrón más oscuro y el resto de las paredes en ocre. Los armarios y las mesillas son de madera oscura, es bastante amplia y tiene su propio baño. Las otras dos habitaciones estaban enfrente de la nuestra separadas entre sí por el baño. La habitación que tenía vistas al mar la habíamos dejado para los invitados, y la otra la habíamos convertido en un pequeño despacho. Las dos estaban decoradas en colores cálidos.
En la planta baja se encontraba el salón comedor y la cocina. El salón estaba divido en dos ambientes. La zona donde estaba la televisión había un sofá de tres plazas marrón que estaba en frente de la chimenea, separando el sofá y la chimenea había una pequeña mesa baja. La televisión la habíamos colgado encima de la chimenea. Al lado derecho había un pequeño sofá también en marrón, estaba situado al lado de la ventana que daba al porche de la entrada, ese era el lugar donde Bella se pasaba las horas sentada leyendo.
En el lado izquierdo del salón habíamos puesto una mesa alargada, era de madera marrón oscura, estaba acompañada con seis sillas en un tono más claro. En el centro de la mesa había un jarrón antiguo que había pertenecido a la abuela de Bella, éste siempre tenía rosas blancas, la flor preferida de Bella, nunca faltaban en casa, yo me ocupaba de eso.
La cocina es sencilla. También de madera. En el centro hay una isleta con un par de taburetes, es donde normalmente desayunábamos. La cocina tiene una puerta que da al porche trasero con unas vistas increíbles a la playa.
Baje del coche, abrí la puerta trasera para recoger mi maletín y las rosas que había comprado para Bella. Aún era pronto, estaba empezando a anochecer. Las luces de casa estaban apagadas. ¿Dónde estará Bella?
Fui hacia la casa, abrí la puerta. Deje las llaves en la mesita de la entrada, el maletín en el suelo.
- ¡Bells!, cariño estoy en casa – llamé sin obtener respuesta- ¿Dónde estás cielo?- preguntaba camino de la cocina. Dejé las rosas en la isleta. Me fije que la puerta del porche estaba entreabierta. Salí y no estaba allí. En la mesita de centro había una botella de vino y dos copas vacías. ¿Con quién habrá estado hoy? Me pregunte a medida que la buscaba. Dirigí mi mirada hacia la playa y vi un pequeño bulto sentado en la orilla. Suspiré y mi quité los zapatos junto con los calcetines, lo dejé a un lado y cogí una manta del balancín.
Ya han pasado dos meses del ataque de Bella. Dos meses en los que ha estado haciéndose la fuerte luchando ella sola con sus pesadillas. Raras veces me hacía participe de su dolor, no quiere mostrar su debilidad ante nadie, y menos conmigo, pero sabía perfectamente cuando estaba luchando contra sus demonios.
Al verla hecha una bolita sentada en la orilla sabía que hoy no había sido un buen día. Sé que venía a desahogarse aquí, donde nadie la podía ver ni oír. En otra ocasión la abría dejado sola, pero estaba empezando a refrescar y no estaba dispuesto a que se enfermara.
Baje las escaleras tranquilamente y fui hacia donde estaba. Tenía la rodilla derecha doblada y la barbilla apoyada en ella. La pierna izquierda la tenía estirada con la rodillera puesta, aún se estaba recuperando de la rotura. La mirada la tenía perdida mirando como rompían las olas en la orilla. Llegue a su lado y me senté detrás de ella poniéndonos la manta para cubrimos. La abracé. Dejó caer su peso sobre mí y suspiro.
- ¿Cómo sabías que era yo? – pregunté curioso.
- Conozco perfectamente el ruido de tus pisadas. – Me contestó acurrucándose más junto a mí.
- ¿Cómo ha ido el día? – le pregunté con cautela, dejando suaves besos por su cuello. Se encogió de hombros.
- Normal. Tú madre vino a buscarme a eso de las dos de la tarde, me acercó al hospital para que viera a mi padre. A las tres de la tarde me llevó a rehabilitación, estuve en la clínica hasta las cuatro y media y me trajo de vuelta a casa. Alice me llamó a las seis para decirme que vendría a traerme la cena y no tener que hacerla yo, a lo cual me negué, no pienso comer más cosas preparadas por la duende, además puedo cocinar ¿No? – sonreí en su cuello- A las seis y media vino Eric a verme y estuvimos un rato hablando en el porche, se ha ido hará más o menos media hora, después has llegado tú y aquí estoy- Así que Eric, ¿Qué querría ahora?. Ahora entendía porque Bella estaba aquí, seguro que habrían estado hablando del caso.
Erick era el detective que habían enviado de Washington para que se hiciese cargo de la investigación. Nos sorprendió que enviaran a alguien tan rápidamente, pues apenas habían pasado cuatro días y según me explicó Emmett “los de arriba” no solían investigar cosas en los pueblos tan pequeños como Forks, pero cuando supimos quien era Erick todo encajó por sí mismo.

Estábamos en la habitación de Bella. Yo me encontraba sentado en su cama de tal manera que ella tenía apoyada su cabeza en mi pecho, Alice le estaba contando a Bella que Nessie y Heidi le habían llamado para decirle que habían llegado bien a Florida y que más tarde le llamarían para hablar con ella, estaba pasando mi mano de manera distraída por su pelo cuando llamaron a la puerta.
- Adelante, -dijo Bella suavemente.
La puerta se abrió y por ella apareció un hombre de estatura normal, mediría uno 1.75 más o menos, muy musculoso con el pelo negro muy corto y unos grandes ojos azules. Venía vestido con un traje chaqueta negro, camisa blanca y una corbata a juego con su traje, miró hacia la cama y sonrió.
- ¡Hola campanita! ¿Cómo estas preciosa?- Ante eso me tensé, ¿Quién narices es este hombre que le hablaba así a mi Bells. Baje mi mirada hacia Bella y tenía boca abierta formando una perfecta “O”. – ¿No me dices nada?, ¡Yo que pensaba que era inolvidable!- dijo el imbécil poniendo un puchero.
- ¡Eric! , - dijo Bella feliz por verle- ¿De qué se conocen? me pregunte.
- ¿Tú eres Eric Yorkie?, ¿El Eric de Bella de Washington?- preguntó Alice poniéndose rápidamente de pie y tendiéndole la mano. – ¡Mierda!, ya sabía quién era, Bella me había hablado de él, habían sido novios como un año y medio, él había sido su entrenador de defensa personal en la academia, era como se habían conocido y después surgió lo demás.
- Sí, y tú debes ser…¡Alice, cierto!- le dijo apretando su mano con una gran sonrisa- Bells me ha hablado mucho de ti, recuerdo que cuando regresaba de vacaciones decía “la duende me ha torturado sin descanso”, y a mí me tocaba darle masajes para que se relajara- bufé, Bella notando mi estado cogió mi mano y la apretó suavemente.
- ¿Qué haces aquí Eric?-Preguntó Bella algo brusca.
- ¡Qué grosera campanilla! No…- Bella no le dejó terminar.
- Al grano Yorkie, que nos conocemos bien. ¿A qué debo tú visita?- dijo Bella algo más calmada, intentó sentarse en la cama pero no se lo permití, me miró y me sonrió, se volvió a acomodar sobre mi pecho- Por cierto Eric… él es Edward mi…-no dejé que terminara.
- Su prometido, - dije orgulloso.
- ¡Encantado “Edward el prometido”! – ¿Este tipo va de gracioso o me lo parece a mí? El imbécil me estrechó la mano, ¿Tenía que hacerlo tan fuerte? , si se pensaba que iba a mostrarle que me hacía algo de daño lo lleva claro. Bella se aclaró la garganta llamando nuestra atención.
- Soy el encargado de la investigación Bella- le dijo algo más serio. – Me haré cargo de la comisaría de Forks hasta que asignen a un nuevo jefe.-
- ¿Qué? – dijo Bella incrédula- ¿Tú “el gran detective Yorkie” en un pueblo como Forks? No me hagas reír. ¡Tú hermoso culo no va aguantar ni un par de días! – Le dijo con malicia.
- Hermoso ¡eh!- dijo levantando las cejas.
- ¡Eric!- le recriminó Bella.
- En serio Bella, me haré cargo de la investigación, y estaré una temporada en Forks. – le dijo tranquilamente mientras cogía una silla y la acercaba a la cama de Bella para sentarse.
- Bien, - contestó Bella resignada- Espero salir pronto de aquí y poder ayudarte con la investigación, hay que atrapar a ese…. – Eric la interrumpió.
- Tú estás fuera del caso Bells- el idiota ya me caía mejor.
- ¿Qué? ¡No me puedes hacer eso! Tengo que coger a ese hijo de p…- volvió a interrumpirla.
- No voy a ceder ante eso Bella. Estás fuera del caso y punto. No puedes formar parte de la investigación siendo una de las víctimas, quizás, y sólo quizás te tendré informado de cómo van las cosas, pero no participarás activamente en el caso.- le dijo autoritariamente. Bella bufó y agachó la cabeza molesta- Ya he hablado con el sargento Cullen y me ha puesto al día de todo lo acontecido. Ahora me falta escuchar tú parte de la historia para poder empezar la investigación, y cuanto antes lo hagamos, antes podremos acabar con todo esto.
- Bien. – le dijo molesta-
Eric nos miró a Alice y a mí.
- ¿Os quedáis? – nos preguntó.
- No,- Contestó Alice- Aprovechamos que estás aquí para ir a comer algo, ¿Verdad Edward?- me dijo mi hermana. Afirmé sin ganas, pero era algo que sabía que Bella querría hacer sola.
Le di un pequeño beso a Bella en la cabeza y me levanté despacio de la cama. Coloqué unas almohadas donde había estado sentado anteriormente y ayudé a Bella a que estuviese cómoda.
- Estaremos aquí en un hora, ¿Está bien?- le pregunte a Bella-
- Si, no te preocupes estaré bien. – le besé dulcemente los labios y salimos de la habitación.

Volví de mi recuerdo al notar a Bella estremecerse.
- Vamos a casa cariño, hace frio.- dije frotando suavemente sus brazos.
Me levante y le ayudé a incorporarse. Cogí la manta, pase mi brazo por su cintura y fuimos lentamente hacia casa.
Cuando llegamos al porche Bella se dejó caer en el balancín, estaba agotada, se tocó la rodilla con una pequeña mueca de dolor.
- Iré a por un poco de hielo y la crema antiinflamatoria. ¿Quieres algo de beber?-Le pregunte recogiendo las copas y las botella de vino de la mesa.
- Una copa de vino estaría bien- me contestó suavemente.
Dejé las copas en el fregadero, fui al baño de nuestro cuarto y cogí la crema. Baje a la cocina y saque del congelador una bolsa de hielo para rodilla. Cuando salí al patio me arrodillé frente a Bella, le quité la rodillera y le masajee suavemente la rodilla con la crema antiinflamatoria. Después de echarle la crema puse suavemente la bolsa de hielo en esta.
- La dejaremos unos diez minutos, ¿Vale?- le dije mientras ella se tumbaba y ponía la pierna sobre el balancín.
Me levanté para lavarme las manos y traer una copa de vino para cada uno. Cuando hube terminado le di la copa de vino y me senté junto a ella. Apoyó su espalda en mi pecho y suspiró.
Estuvimos en silencio unos minutos. Bella volvió a suspirar, acaricie su cara.
- Dime que pasa cariño, ¿Qué es lo que te preocupa?- pregunté suavemente, su silencio y su actitud me estaba poniendo nervioso, necesitaba que ella se abriera a mí. Se giró un poco y mirándome a los ojos me pregunto:
- ¿Por qué a mi Ed? ¿Qué es lo que he hecho para que todo lo malo me pase a mí y a los que me rodean? ¿Por qué ese cabrón la tiene tomada conmigo? ¿Por qué tubo que vengarse de mí y matar a nuestro hijo?- esto último lo dijo entre sollozos. La abracé fuertemente y se acurrucó más en mí. - ¿Por qué Ed? ¿Por qué nos pasa esto ha nosotros? – Dejé que se desahogara, yo tampoco entendía porque nos había pasado esto, sólo sabía que para superarlo teníamos que hacerlo juntos, ella tenía que sacar todo su dolor, odio y rencor. Estuvimos abrazados hasta que sentí que su respiración se normalizó. Levantó su cara de mi pecho, sonrió y me dijo:
- ¡No he hecho cena, Ed!- yo no puede más que reírme y abrazarla fuertemente, besé su frente, cogí las copas que había dejado en el suelo, bebí un sorbo.
- ¿Pedimos una deliciosa pizza y no la comemos viendo una de tus películas frente a la chimenea? – Le pregunté levantando una ceja.
- Eso suena muy tentador Cullen, me dijo sonriendo.- Tú la pides mientras me ducho y me cambio, ¿Te parece?- Me dijo levantándose lentamente.
- Necesitas ayuda con la ducha,- dije con la voz un poco ronca. No habíamos intimado de ninguna manera después del accidente. Cada vez que los besos subían un poco de tono Bella se apartaba sutilmente, era como si tuviese miedo. Lo hable con Jasper, y me dijo que era algo normal después de haber sufrido la pérdida de un hijo, que tuviese paciencia, que las cosas irían volviendo la normalidad poco a poco, que no era que me rechazase o ya no me quisiese.
- Lo siento Cullen, pero tengo hambre, y si me ayudas con la ducha no cenaremos- dijo con una pequeña sonrisa y metiéndose dentro de casa- Quizás tengas postre Cullen- grito desde dentro. Yo sólo sonreí como un idiota. Mi Bella estaba casi de vuelta.

Bella POV
Después de llegar al baño, con el esfuerzo que esto me suponía con la maldita rodilla, decidí darme un pequeño baño. Mientras estaba en la bañera pensé en todo lo que habíamos pasado durante estos dos últimos meses.
Los días se me hacía muy largos con tanta rutina. Siempre hacía lo mismo, sólo me alegraba la hora que estaba en el hospital hablando con mi padre. Esme me llevaba todos los días a la misma hora. Desde que Ed me llevó a verlo a las tres semanas del ataque iba todos los días a verlo. Esa hora me servía de puerto seguro, le contaba a mi padre todos mis miedos e inseguridades, tenía la esperanza que él me escuchara y que cuando se despertase, cosa que aún no estaban muy convencidos, me diese respuestas a todas las preguntas que yo le hacía. Había días que simplemente me tumba a su lado, le necesito tanto….
Tenía claro que debía empezar a comportarme como una persona “normal”, al menos de cara a los demás, no soporto las caras de lástima con la que me miran, yo siempre he sido una persona fuerte, es algo que mi padre me ha enseñado. Pensar en mi padre me produce tanto dolor.
Hoy ha sido un día difícil. Eric ha venido a visitarme y me ha puesto al tanto de cómo llevan la investigación. No han avanzado mucho, no saben cómo logró escapar de la cárcel, ni siquiera tienen supuestos cómplices. Es algo desesperante. Me han prohibido investigar por mi cuenta, lo que me hace sentirme aún más inútil.
Emmett también me pone las cosas difíciles no me cuenta absolutamente nada de la investigación, no quiere que me involucre de nuevo, tiene miedo que “haga algo estúpido” como él me dice, pero sé que lo hace porque se siente culpable, algo totalmente incomprensible, pues la única culpable de todo lo que ha pasado soy yo.
El comportamiento sobreprotector que han tenido Los Cullen conmigo era uno de los motivos por los que nos habíamos venido a nuestra casa antes de que tuviese más libertad de movimiento. No me dejaban hacer absolutamente nada. Sé que lo hacían porque se preocupan por mí, pero yo necesito mi independencia, mi propio espacio para poder asimilar las cosas y con ellos me resultaba completamente imposible.
Ya llevábamos un mes en nuestra casa. La convivencia con Edward estaba resultando bastante fácil. Nos compenetramos bien, conocemos las manías de cada uno, eso hace que todo sea más fácil.
La única persona que realmente me ha visto en mis malos momentos es Ed, es con el único con el que he conseguido desahogarme, pero no quiero hacerle daño. Me siento culpable por hacerle sufrir con mi dolor, mis silencios y mis rechazos. Sabía que le dolían más que cualquier otra cosa, pero no podía bajar la guardia, porque si lo hacía me derrumbaría y eso no podía pasar, tenía que ser fuerte por mi padre y mi bebé.
Pensar que ahora podría llevar dentro de mí una pequeña vida que había sido creada por Edward y por mí, y que ahora no estaba con nosotros por mi culpa…., no había sido capaz de protegerlo.
- ¿Bells?, ¿Estás bien cariño?- preguntaba Edward preocupado. No me había dado cuenta el tiempo que llevaba en la bañera.
- Si, enseguida estoy- le contesté para que se tranquilizara.
- Bien, la pizza ya llegó, te espero abajo- escuche como bajaba las escaleras.
Salí de la bañera y comencé mi ritual de hace casi dos meses. Por recomendación de Carlisle para que las cicatrices se notaran menos, usaba una crema hidratante con aceite de rosa mosqueta, que según él servía para que las cicatrices se redujeran, yo apenas notaba ninguna diferencia, mi cuerpo estaba marcado por estas asquerosas huellas que me recordarían siempre lo que me había pasado.
Envolví mi cuerpo en una toalla, fui a buscar ropa interior y un pijama cómodo. Miré en los cajones, no buscaba nada en particular, Edward estaba acostumbrado a verme de cualquier manera, por lo tanto no puse interés. Cogí el primero que encontré, era un pantalón corto azul con una camiseta de tirantes finos roja, uno de los tantos pijamas que me regalaba Alice.
Recogí la ropa sucia para bajarla a la cocina y meterla en la lavadora. No me puse la rodillera, tenía que descansar unas horas.
Estaba sentada en el suelo metiendo la ropa en la lavadora cuando sonó el teléfono. Edward lo cogió.
- ¿Sí? Hola mamá. Íbamos a cenar ahora. Espera que le comento a Bella.-
- ¿Bells?-me llamó Edward viniendo a la cocina con el teléfono en la mano.
- Dime.
- ¿Qué te parece que cenemos mañana todos en casa de mis padres?
- Bien, -me encogí de hombros, me daba lo mismo, no tenía ningún plan en mi monótona vida.
- Mamá, mañana nos vemos. Sí, yo le doy besos a Bella de tú parte- le decía sonriendo- Si mamá. Hasta mañana. – Colgó y vino donde yo estaba.
- Deberías haber dejado la ropa arriba, me tocaba a mí poner la lavadora mañana.- Decía ayudándome a levantarme, le di un beso en la mejilla restándole importancia.
- ¿Cenamos?, -pregunté la verdad es que tenía bastante hambre, el sonrió y cogió mi mano para ir al salón.
- Puse Como agua para chocolate, ¿Te apetece o pongo otra película?-
- Esa está muy bien,- le dije mientras me sentaba en el sofá. Edward me dio un plato con la pizza y dejó una copa de vino en una mesita auxiliar que tenía al lado. Se sentó junto a mí y puso la película.

Cenamos en silencio. Una vez nos comimos la pizza, Edward se tumbó de lado poniéndome a mí junto a él. Tenía mi cabeza apoyada en su pecho. Él acariciaba mi pelo de manera inconsciente. Después comenzó a acariciar uno de mis brazos. Fui sintiendo pequeños besos por mi cuello. Me estremecí, era una situación tan placentera, hacía tanto que no estábamos juntos de esta manera….Giré un poco mi cabeza para darle mejor acceso, lo que hizo que sus besos fueran acompañados por pequeños mordiscos. Comenzó a usar también su lengua. Giré totalmente mi cuerpo para quedar cara a cara. Tenía una mirada llena de deseo. Se humedeció los labios y ahí ya no pude más, lo necesitaba tanto….
Me acerqué más a él y lo besé con ansias. Llevé mis manos a su pelo para atraerlo más a mí. El me cogió y me puso encima de él. Sus manos fueron debajo de mi camiseta, acariciando mi espalda. Nuestra respiración se iba haciendo cada vez más pesada. De forma inconsciente me pegué más a él y una de sus manos fue a una de mis piernas, acariciándola con ternura, subiendo hasta mi trasero y una vez allí presionándome más a él. Comencé a notar su creciente erección, lo que hizo que mi necesidad por él aumentara. Gemí y la mano que tenía en mi espada fue acompañar a la otra. Comencé a desabrochar los botones de su camisa, necesitaba tocarlo. Sus manos fueron al borde de mi camiseta para quitármela y cuando iba por la mitad, sonó el timbre de la puerta.
- ¡Mierda! – dijimos los dos a la vez.

Capítulo 5

Bella POV
Llevo tres semanas es esta mierda de habitación. Tres semanas en ésta asquerosa cama sin poder moverme, entre estas cuatro paredes que cada momento que pasa me da la sensación de que se hacen más pequeñas.
Reconozco que al ser la novia de Edward tengo ciertos privilegios como que la habitación es bastante grande, y que es solo para mí, pero ya no puedo soportarlo, necesito levantarme, ir al baño, darme una ducha, no sé… hacer cualquier cosa productiva en lugar de estar aquí sin hacer nada, absolutamente nada.
Lo único que hago es pensar en lo que pasó, en todo lo que ha provocado mi estúpido comportamiento. Si yo no hubiese salido del coche y me hubiese enfrentado a esos chicos… ahora estaría riéndome junto a mi padre y tendría a mi bebé creciendo dentro de mí. Aparté rápidamente ese pensamiento, me provoca demasiado dolor. Dolor que me merezco, por ser una estúpida e irresponsable, sino hubiese…
La puerta de la habitación se abrió en ese momento sacándome de mis pensamientos.
- ¡Hola Bella!, ¿Puedo pasar?- me preguntó Jasper.
- Claro... no puedo impedírtelo...-le dije con sarcasmo- ¿Quién te ha enviado hoy? Espera que lo adivino… -le dije poniendo un dedo en mi barbilla- Ya sé ¡Edward! –
- Tienes que entenderle Bella, está preocupado, todos estamos preocupados, te has tomado todo demasiado bien- me decía según se acercaba a mi cama.
- ¡No sigas por ahí!-le contesté algo enfadada- ¡Estoy perfectamente! ¿No lo ves? Respiro, hablo, como y hasta me muevo. -
- Sabes a lo que me refiero Bella – decía negando.
- Conmigo no utilices “tus trucos de psicólogo” o lo que sea. Estoy bien, sólo necesito irme de este maldito hospital y ponerme a trabajar.-
- Bella… sabes que no podrás trabajar en al menos un par de meses, tienes que recuperarte.-
- Si, si lo que sea….- Eso no se lo creía ni él ni nadie, pensaba encontrar al cabrón de James y pegarle un tiro-
- Bella tienes que... –no le dejé terminar.
- Vamos a dejar una cosa clara Jasper, yo te quiero y te agradezco que vengas a visitarme, pero no intentes lavarme el coco porque no lo quiero ni lo necesito, ¿Está claro?-le dije levantando una ceja.
- Como el agua – se sentó en una silla, sacó un libro y se puso a leer- bufé y miré hacia la ventana, si pensaba que con sus truquitos conseguiría algo lo llevaba claro.
Intenté ignorar el hecho de que Jasper estaba conmigo en la habitación. Seguí mirando por la ventana, pude ver que había salido el sol, raro para estar a finales de agosto.
Mi padre en esta época estaría sacando del trastero sus cosas de pesca para irse el fin de semana a casa de Billy. Una triste sonrisa se dibujó en mi cara al recordar lo nervioso que se pone cuando no encuentra todos los anzuelos que según él necesita. Este año se perdería la temporada de pesca y tantas otras cosas….
Luego de nuestra pequeña pelea, Jasper había decidido dejarme tranquila y no dirigirme la palabra, y gracias a eso podía centrarme en intentar recordar todo lo que Edward me había contado cuando me desperté.

Me duele el pecho, me cuesta respirar, me duele la garganta, los ojos me escuecen, las máquinas no dejan de pitar, - ¡Ed... Edward! Lo llamo. Intento respirar hondo, pero siento un dolor más fuerte en el pecho.
- ¿Qué es lo que pasa Edward?- me pareció escuchar a Alice.
- Bella cielo, tranquila, respira despacio- me decía Edward mientras acariciaba mi cabeza- Venga cariño, despacio- intento hacer lo que me dice- No llores cielo, todo estará bien, estoy aquí contigo, respira a la misma vez que yo, escucha mi respiración – coge una de mis manos y se la pone en su pecho- siente mi respiración, siente como sube y baja -hago lo que me dice, me centro en su respiración, siento que respira cerca de mi oído - Eso es, tranquila, muy bien. – Escucho que las máquinas vuelven a tener un ritmo más lento. Intento volver hablar, necesito saber lo que ha pasado.
- ¡Edward!-por fin consigo llamarlo, mi voz suena rasposa.
- Shhh… Estoy aquí cielo, todo está bien, tranquila- siento pequeños besos bajar desde detrás de mi oreja hasta mi garganta- Sé que te duele, por eso tienes que intentar no hablar, debemos hidratarte primero ¿De acuerdo? - Afirmo levemente - Bien, te voy a dar un poco de agua con una pajita, tienes que beber despacio – siento la pajita rozar mis labios, abro la boca y absorbo, se siente tan bien…. intento abrir mis ojos de nuevo, necesito ver los suyos, esos ojos verdes que hablan por sí solos, que me digan que todo está bien, que todo ha sido una pesadilla. Parpadeo fuertemente, abro los ojos y me encuentro con esa mirada llena de preocupación y tristeza, todo ha sido real, siento que mi mundo se desmorona, pero ahora tengo que ser fuerte, no puedo mostrar debilidad. Ya tendré tiempo para desahogarme luego, cuando esté sola, ahora tengo que borrar esa mirada de dolor en Edward, intento sonreír, pero solo me sale una mueca causada por el dolor.
- Hola -le susurro en un leve intento de aparentar normalidad. – me sonríe levemente, pero veo miedo en sus ojos.
- Regresaste -me susurra dejando su frente apoyada sobre la mía - ¿Cómo te encuentras? Vaya pregunta más absurda que hago- murmura-
- Estoy bien Ed - le respondo intentado levantar mi mano para tocarle las ojeras que hay debajo de sus hermosos ojos, pero siento como su mano se posa sobre la mía.
- No lo hagas cielo -me regaña con cariño - Te harás daño – lo ignoro y acaricio suavemente.
- ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Tan mal estoy?-pregunto con algo de temor, le siento tomar aire profundamente.
- No sé cómo hacer esto –murmura y volviendo a coger aire -Lo siento tanto pequeña –me dice tristemente.
- ¿Qué es lo que pasa? -Le pregunto en un susurro al mismo tiempo que acaricio su mejilla, él lleva una de sus manos y la posa suavemente encima de la mía, cierra los ojos. Sé que está tratando de calmarse, ordenando y sus ideas, a los pocos segundos abre lentamente los ojos y me mira.
- Pequeña, ¿Qué es lo que recuerdas? -Me dice con voz acongojada.- y viene a mí todo lo ocurrido en el callejón, cómo le ruego a mi padre que me deje entrar, los ruidos de los disparos, la cara de satisfacción de James, intento apartar todos eso recuerdos, ahora no puedo derrumbarme, no delante de Edward.
- ¿Dónde está mi padre?-pregunto suavemente, él no me contesta- ¿Él está bien verdad?-le pregunto nerviosa. Suspira-
- Él no está bien cariño – me mira con dulzura- Está en coma cielo, lo siento…- no lo dejo terminar.
- En coma- repito suavemente intentado asimilarlo- ¿Cuándo va a despertar?, ¿Cuándo puedo verlo?-le pregunto algo más nerviosa, necesito ver a mi padre, necesito comprobar que está bien. -
- Lo verás cuando te recuperes un poco cariño -me dice suavemente - Y despertar…. No lo sé Bella, no sé cuándo se va a despertar, tenemos que hacer más pruebas para saberlo, tenemos que esperar y ver como evoluciona todo.-
En ese momento no sé qué es lo que me pasó, pero comencé a marearme, a sentir nauseas. Esto no puede ser cierto, mi padre tiene que estar bien, él tiene que estar conmigo yo lo necesito a mi lado.
Aparecen ante mí recuerdos de todas las cosas que hacíamos juntos; cómo me bañaba todas las noches y después me leía un cuento, lo paciente que era conmigo todas las mañanas para despertarme, lo difícil que le resultaba ayudarme con mis deberes de matemáticas, las tardes de los sábados pescando en La Push, como me esperaba nervioso en su sofá preferido que llegara a casa después de salir con algún chico, como me acurrucaba en su cama cuando estaba enferma o tenía alguna pesadilla, la discusión que tuvimos cuando le dije que quería ser policía como él, sus lágrimas de alegría cuando me gradué en la academia….
- Princesa – me llama Edward -respira despacio, poco a poco - me concentré nuevamente en su respiración. –Todo saldrá bien cariño- me dice mientras limpia suavemente mis lágrimas con sus pulgares.-
- No podemos permitir que me deje Ed, tenemos que hacer que despierte- le digo entre sollozos-
- Lo lograremos pequeña, juntos podremos con esto y más. –Intenté abrazarlo, pero me lo impidió.
- Te harás daño, deja que yo lo hago- dijo tumbándose a mi lado. – Gracias- me susurró al oído - Gracias por estar conmigo, por no dejarme, no sé qué haría sin ti pequeña- noté como una pequeña lágrima me caía en el cuello. No dije nada, le conocía bien, sabía que tenía que desahogarse.
Permanecimos así un par de minutos y al mismo tiempo que dejaba varios besos en mi cuello me dijo:
- Íbamos a ser padres Bella, íbamos a tener un bebé. – Eso no podía ser verdad, ahogue un sollozo, no podía derrumbarme, no de nuevo, no puedo permitírmelo, no debo hacer sufrir aún más a Edward.
Tranquila, ya lo has hecho muchas veces. No hace falta que dañes a los demás, ya buscarás alguna manera de superarlo. Sé fuerte. Guárdalo. Hazlo por él, me dije.
- Pequeña, todo estará bien- me dijo mientras acariciaba suavemente mi cara, cerré los ojos disfrutando de su caricia, intentando tranquilizarme.
Tenía que desviar el tema de conversación o me derrumbaría. Alice sería mi salvación, estaba aquí.
- ¡Alice! ¿No me vas a dar un abrazo? ¡Debes estar a punto de estallar! Tanto tiempo quieta y en silencio debe estar matándote. -dije con todo el humor que me era posible y Edward murmuró algo que no logré escuchar.
- ¡No me vuelvas a hacer esto! Yo que estaba a punto de conseguirlo, -decía acercándose a mí con lagrimas en los ojos.
- Lo siento duende, pero otra vez será- en ese momento sentí los brazos de mi amiga alrededor de mi cuello.
- ¡Le vas a hacer daño Alice!-regañó Edward.
- ¡Calla! ¿La oyes quejarse? No verdad… pues eso-contestó a su hermano sacándole la lengua. Yo me reí ante eso, ella sabía que había llamado su atención para aligerar el ambiente.

Estaba riéndome de los dos cuando se abrió la puerta y me encontré de frente con el resto de Los Cullen.

Estaba tan metida en mi recuerdo que me sobresalté cuando noté que me acariciaban la mejilla.
- No quería asustarte, ¿Cómo te encuentras?-Me preguntaba Edward dulcemente.
- Aburrida, ¿Cuándo voy a poder irme a casa?, esto es desesperante.-
- Creo que en un par de días pequeña, depende de los resultados de la última analítica – Me contestó sentándose en la cama.
- Bien, - Giré mi cabeza hacia la dirección donde estaba sentado Jasper y le levanté una ceja a Edward- ¿Ya le has pagado la sesión al loquero? – Jasper levantó los ojos del libro y sonrió, Edward sin embargo se mostró avergonzado.
- Bueno…yo….-no le dejé terminar
- La próxima vez hablas primero conmigo, ¿Está bien?-
- Si señorita, pero creo que te vendría bien hablar con él y…-volví a interrumpirle.
- No quiero discutir contigo Ed, pero estoy bien. No necesito que “Súper Jasper” que venga a mi rescate.-
- Bien -soltó un fuerte suspiro- Había pensado que te gustaría levantarte un poco de la cama, por lo que voy a llevarte a dar un paseo por el hospital, ¿Qué te parece?-
- ¿Es una cita? Porque no creo estar vestida para la ocasión-dije sonriendo.
- Tú estás perfecta siempre -contestó dándome un pequeño beso en los labios.
- ¿Cuándo nos vamos? –le pregunte entusiasmada.
- Voy a por su carruaje princesa – se levantó hizo una reverencia y abrió la puerta, le vi estirar el brazo y entro con una sillas de ruedas.
- ¡No pienso sentarme en eso! – decía señalando a la silla como mi peor enemigo.
- Tienes que ir aquí cielo, no puedes caminar tienes una pierna rota- le interrumpí.
- ¡Dame unas muletas!-dije algo más alterada. Edward se acercó a mí, se sentó de nuevo en mi cama y cogió mi mano.
- Bells, tienes una pierna rota, un golpe en la cabeza del que aún te estás recuperando, las costillas no han soldado del todo, el pulmón aún está cicatrizando, no puedes hacer esfuerzos cielo- me explicó serio- Y si quieres tener esa cita con tú sexy novio…. tienes que ir en la silla. – Bufé, sabía que tenía razón y si quería salir de la cama en la que había estado durante tres semanas tendría que hacerlo en la maldita silla.
- Tú ganas. Espero que al lugar que me lleves sea el más exclusivo del Hospital Dr. Cullen- bromé continuando el juego de la cita.
- Claro que sí preciosa. Vamos que nos están esperando. – Quitó la sábana que me cubría, me cogió en brazos y me sentó en la silla- ¿Lista?- Preguntó abriendo la puerta de la habitación y saliendo al pasillo.
- Sip, - le sonreí- ¡Adiós “Súper Jasper”! Canturreé- Él soltó una carcajada-
Una vez en el pasillo me di cuenta que las enfermeras y los médicos nos miraban. No me gustaba ser el centro de atención y Edward se dio cuenta de ello.
- Haz como si no estuviesen, piensa que sólo estamos nosotros.-
- Cómo si fuera fácil, no dejan de mirarme-dije apretando mis dientes y agachando la cabeza. Edward aceleró el paso y puso una mano en mi hombro reconfortándome.
Llegamos al ascensor, el cual estaba vacío, apretó el botón de la planta 10, se puso de cuclillas frente a mí, puso una de sus manos bajo mi barbilla para que levantara la cabeza.
- Mírame pequeña- lo hice- tengo una sorpresa para ti - le noté nervioso- pero quiero que estés tranquila - eso me puso nerviosa- es una buena sorpresa, estoy seguro que te gustará mucho. – En ese momento se abrieron las puertas del ascensor, habíamos llegado.
- ¿Dónde estamos Ed? –pregunté cuando salíamos del ascensor.
- Estamos en Cuidados Intensivos.-
- ¿Me has traído a hacerme alguna prueba o algo? Vaya una cita- dije refunfuñando, él comenzó a reírse- ¡No tiene gracia Ed!
- No Bells, no te voy a hacer ninguna prueba – se puso a mi altura y me cogió las manos- Vas a ver a tú padre cielo. – Jadee de la impresión, llevaba pidiéndole que me trajera a ver a mi padre desde el día que había despertado, tres semanas de angustia, necesita ver su cara, ver que se encontraba bien.
- ¿De verdad? –pregunté con incredulidad- ¿Voy a poder verle por fin?- Estaba emocionada.
- Si cariño, pero será sólo diez minutos, ¿De acuerdo?- yo afirme con un leve movimiento de cabeza- Primero tienes que ponerte bata, gorro, mascarilla y calzas.-
- ¡A qué estás esperando! ¡Vamos!- sonrió, y me llevó a una pequeña sala donde estaban todas esas cosas que me había dicho. Todo era verde. Me ayudó a ponérmelo, él también se lo puso.

Salimos dirección a unas enormes puertas metálicas que estaban cerradas. Cuando llegamos a ellas marcó una serie de números en un panel lateral, las puertas se abrieron y entramos.
Nos encontramos un largo pasillo, a los lados había diferentes puertas todas ellas estaban cerradas. Nos dirigimos a la recepción que había al final.
Allí había una enfermera que se encontraba apoyada en el mostrador. Su aspecto era muy…, cómo decirlo…, mmmmm…. parecía una actriz porno barata. La falda del uniforme demasiado corta, un escote muy pronunciado, donde dejaba ver algo del encaje de su ropa interior y todo ello acompañado por un pintalabios rojo del mismo color que su pelo. Cuando nos vio apareció en su cara una sonrisa que seguro que para ella era de los más sexy, ¡puaj!
- Buenas tardes Dr. Cullen, - dijo de forma melosa.
- Buenas tardes Srta. Avager, -contestó cortésmente Edward.
- Le he dicho muchas veces que mi nombre es Victoria, Dr. Cullen-dijo coqueteando descaradamente. – ¿En qué le puedo ayudar?-
- Venimos a ver al Sr. Swan, -le contestó haciéndome notar.
- ¿Qué?- preguntó mirando de arriba abajo a Edward. ¡Esta mujer se estaba comiendo con los ojos a mi novio delante de mis narices!, ¡Pero que se ha creído!
- Le ha dicho Sta. Avanger, que venimos a visitar al Sr. Swan,- le contesté de manera cortante.
- Sí, sí… como sea, -me contestó moviendo una mano restándole importancia. –Dígame Dr. Cullen ¿A quién ha dicho que venía usted a ver? – ¿En serio que esta tipeja me ha ignorado de esa manera?
- Srta. Avanger, cómo ya le ha dicho mi prometida venimos a visitar al Sr. Swan- dijo recalcando el plural- ¿Me puede usted dar su historial por favor?-
- Ahora mismo se lo doy – le dijo sonriendo-. Bordeó el mostrador moviendo las caderas exageradamente, bufé y rodé los ojos ante esto. Entregó el historial a Edward.
- Gracias Srta. Avanger, -dijo educadamente.
Edward dejó el historial en mis piernas y empujó la silla dirección al pasillo por el que habíamos venido. Se paró en una de las puertas, se agachó para quedar a mi altura.
- ¿Estás lista?, -preguntó colocándome la mascarilla.
- Todo lo que podría estarlo,- le contesté nerviosa. Me dio un pequeño beso en la frente y se levantó para abrir la puerta.
- ¡Ed!,- le llamé cogiéndole del brazo haciéndole notar mi preocupación. No sabía en qué estado encontraría a mi padre y eso me asustaba, necesitaba que Edward me volviera a repetir que todo estaría bien.
- Él está bien pequeña, ya te expliqué para qué eran todas las máquinas que verás, por eso no te asustes ¿De acuerdo?- me dio otro pequeño beso, abrió la puerta y nos llevó dentro de la habitación donde estaba mi padre.

Capítulo 4

Edward POV
Ya habían pasado dos días desde el ataque de Bella. Hoy comenzarían a retirarle la sedación para que fuera despertándose y poder comprobar las posibles secuelas del golpe que recibió en la cabeza.
Mi padre me dijo que en principio no parecía que tuviese ningún daño, que todas las pruebas que le habían realizado no mostraba nada fuera de lo normal, digo las pruebas que le realizaron porque a mí no me habían dejado ocuparme de su caso, decían que no era lo correcto, ¡Y un cuerno!! Lo que no era correcto es que yo no pudiese hacer nada, tenía que estar simplemente observando como los demás hacían lo debería estar haciendo yo por mi mujer.
Estos días habían sido los más difíciles de mi vida.
Después de salir de ver a Bella me encontré con toda mi familia en la sala de espera, mi madre estaba llorando, Alice fuertemente abrazada a Jasper, su cuerpo temblaba a causa de los sollozos, Emmett al verme salir se deshizo del abrazo de Rosalie, intentó levantarse de la silla de ruedas en la que estaba pero Rosalie no se lo permitió, me miró a los ojos, de los suyos no dejaban de salir lágrimas, y dijo:
- Yo… yo lo siento Edward, si hubiese sabido lo del bebé no le habría permitido que estuviese allí. - Cuando mencionó al bebé sentí un gran dolor en el pecho, debí hacer una mueca, porque él ahogó un sollozo, yo simplemente negaba con la cabeza, no quería escucharle.
- Edward, de verdad que lo siento… - insistía. – Yo debería…debería haber cuidado más de ella. - Ya no lo aguanté más y explote.
- ¡Sí Emmett!, ¡Maldita sea! Deberías haberla protegido - le gritaba a medida que me acercaba a él - ¡Era tú obligación! ¡Eres su superior! - llegue a su lado, mis lágrimas luchaban por salir, lágrimas de miedo, impotencia e ira. - ¡Ése es tu trabajo, joder! - En ese momento mi madre vino hacia mí, me abrazó y me dijo:
- Tranquilo pequeño, él no tuvo la culpa cielo - me susurraba a medida que me daba pequeños besos en la frente - Ha sido un accidente Edward, es su trabajo cielo. Tu hermano no tiene la culpa de nada. Sabemos que esto es muy difícil para ti, pero ahora no puedes cargar tu dolor contra todo el mundo, tienes que ser fuerte, tanto por ti como para Bella. Ella te va a necesitar más que nunca Edward, esto va a ser muy duro para ella. –
Cuando mencionó a Bella mi corazón se aceleró, tengo que pensar en ella, en cómo va a reaccionar ante esto, la reaparición de James en nuestras vidas, en el estado en el que está Charlie, y sobre todo en la pérdida del bebé. Respiré hondo en un débil intento de retomar el control que antes había perdido, levanté la cabeza del hombro de mi madre, ella me miró a los ojos queriendo cerciorarse de que si había entendido lo que ella me explicó, si me había tranquilizado. Asentí levemente, miré a mi hermano, el cual estaba abrazado a Rosalie llorando, me deshice del agarre de mi madre y me acerqué a él. – Lo siento Emmett, sé que no es culpa tuya, pero… -
- No Ed, tienes razón, yo.. – No le dejé continuar.
- No Em, tú no tienes la culpa de nada, ha sido un accidente. Siento haberme puesto así. -Alargó sus brazos y me abrazó fuertemente. Nos reconfortamos el uno al otro. Sabía que no podía culparle de nada, pero descargar mi ira con él era lo más fácil.
La sala de espera estaba sumida en un profundo silencio que fue roto por el sonido del teléfono de Alice.
Alice sacó el móvil, miró la pantalla y suspiró.
- ¡Hola Ness! - contestó apenada - Si verás… ha pasado algo Ness… ¿Puedes venir al hospital en lugar de ir directamente a casa de mis padres? Cuando llegues te cuento tranquilamente
- ¡Vale! Les esperamos en la entrada principal,
- Si, en cinco minutos, hasta ahora. - Cerró el teléfono.
- Era Ness, era una de las sorpresas que teníamos preparadas para esta noche- me contó triste.
Suspiré, Ness era amiga de Bella de la academia y hacía como seis meses que no se veían, la pareja de Ness, Heidi había sido destinada al sur de Florida y ella había pedido un permiso de un año para poder acompañarle.
Conocí a Ness hace aproximadamente un año, cuando llegó por sorpresa a casa de Bella. Venía hecha un mar de lágrimas, había peleado con Heidi a causa del traslado de ésta y fue en busca de consuelo y comprensión por parte de Bella.
Yo estaba acostumbrado a ver la relación que tenía Bella con mi familia, y verla interactuar con Ness me sorprendió. Le hablaba como si fuera su madre, haciéndole entender que el traslado de Heidi tenía que hacerse por el bien de su carrera y si de verdad le dolía separarse de ella durante una temporada lo que tenía que hacer era ponerle solución en lugar de llorar desesperada porque se tenían que separar, y así lo hizo, pidió un permiso de un año y se marcharon juntas a Florida.
Ellas se habían hecho amigas en la academia, Ness al igual que Bella, provenía de familia de policías y su mayor sueño era seguir con la tradición familiar. Fueron un apoyo mutuo durante ese largo año y una vez cada una estuvo en su destino mantuvieron el contacto todo lo que les era posible, intentaban verse al menos una vez al mes.
Desde luego Ness iba a ser una gran sorpresa para la boda, le dijo que no podían asistir porque Heidi estaba en una misión y ella tenía que presentarse a una entrevista para poder quedarse en Florida junto a Heidi. Por lo que puedo ver ahora era todo un plan para sorprender a mi niña.
Unos diez minutos después de la llamada, y que Alice y Jasper se fueran a buscar a Ness, aparecieron en la sala de espera de reanimación con los ojos completamente rojos. Ness vino directamente hacia mí, me abrazó fuertemente y se puso a llorar desconsoladamente.
- Lo si...ento… Ed…ward… - decía entre sollozos - ¿Qué vamos hacer ahora? ¿Seguro que está bien? Dime la verdad Edward ¿Alice no me miente, cierto? Ya sabía yo que teníamos que haber venido antes y no esperar hasta el último minuto para sorprenderla. -
- Tranquila Ness - le dije con un gran nudo en la garganta - Ella se pondrá bien, es muy fuerte, y lo sabes - le contesté limpiándole las lágrimas que corrían por sus mejillas.
- Lo sé - me dijo respirando hondo. – ¿Pero cómo ha podido pasar esto Ed?, se suponía que ése desgraciado debería estar pudriéndose en la cárcel y no…-
- Nessie cariño….- le llamó Heidi
- Lo sé, lo sé, es que....-
- Ya lo sabemos cielo - le decía a medida que la abrazaba reconfortándola, - ya verás cómo todo se soluciona, ya nos encargaremos de ello ¿De acuerdo?- ella simplemente afirmo con la cabeza mientras respondía a su abrazo.
Después de que Ness se tranquilizara nos sentamos en la sala de espera, mis padres intentaron convencerme de que debíamos irnos a casa a descansar un poco, que aquí no hacíamos nada pero yo me negué, no pensaba moverme de aquí.
Conseguimos convencer a Emmet de que él debía descansar, había sido también herido y tenía que recuperarse.
El primer día lo había pasado en la sala de espera, sólo me dejaron pasar a verla diez minutos por la tarde, no la pasaron a planta porque había tenido fiebre y no querían arriesgarse a que pudiese coger alguna infección. El sólo verla diez minutos en todo el día había sido muy duro, no entendía para que servía que yo fuera jefe de neurocirugía si no me permitían tener ciertos beneficios.
Alice se encargó de atrasar todo lo relacionado con la boda. En cuanto a la luna de miel, lo hice por teléfono, era una sorpresa que yo había planeado y no quería que Alice lo supiese, pensaba llevar a Bella de luna de miel en otro momento.
Charlie por suerte estaba estable, lo cual eran grandes noticias. Aunque seguiría en estado crítico las siguientes setenta y dos horas.
Hubo varias visitas en el Hospital. Varios compañeros de Bella y de Charlie, algunos de mis compañeros también pasaron a verme e interesarse por su estado.
Mis padres y hermanos, estuvieron conmigo la mayoría del tiempo. Alice además de ocuparse de aplazar todo lo relacionado con la boda, intentó localizar al resto de los invitados para comunicarles lo que había sucedido. Yo le estaba muy agradecido, no me veía con fuerzas para enfrentarme a la lástima y compasión de la gente, para mí era muy duro hacer frente a todo esto.
Pasé la noche en un incómodo sillón de la pequeña salita. Ya me sabía hasta cuantos desconchones de pintura había. Era difícil estar sentado sin hacer nada. Pasaban las horas. Paseaba de un lado a otro para que el entumecimiento de las piernas se pasara. La tensión me ya estaba pasando factura. Intenté dormir algo, pero cada vez que cerraba los ojos, veía a “mi niña” cubierta de sangre.
Ahora eran las siete de la mañana, hoy debería ser nuestro gran día, en esto estaba pensando cuando apareció mi padre con dos cafés.
- Si crees que estando aquí en ese estado vas a solucionar algo, estás equivocado hijo. -
No le contesté. Sabía que en el fondo tenía razón, debería haberme ido a descansar pero el irme a casa me resultaba imposible. Le alcé una ceja, de esa forma quería hacerme el desentendido.
- No te hagas el tonto conmigo Edward, te conozco, sé que estás agotado. Llevas más de treinta y dos horas sin dormir, apenas has comido, no hablemos de ducha, porque eso es evidente, - Me decía mirándome de arriba a abajo. – ¿No me vas a decir nada? -
- ¡Qué quieres que te diga!, No puedo irme de aquí, ¿Y si me necesita?, ¿Y si se despierta, y pregunta por mí y yo no estoy cerca? -
- Sabes que eso no es cierto hijo - dijo ofreciéndome el café. – Ella no va a despertar hasta que empecemos hoy a quitarle la sedación. Ha estado bien durante este tiempo, sólo ha presentado un poco de fiebre, lo cual es normal, dado la gravedad de sus heridas, pero debes estar fuerte para cuando ella se despierte. -
- Está bien lo intentaré, ¿contento? - le dije algo molesto.-
- No - decía moviendo negativamente la cabeza - Edward, sé que para ti es difícil, pero cuando ella despierte hoy te tiene que ver fuerte, eres el único apoyo que tiene. La conoces bien, sino ella se cerrará y así no vamos a solucionar las cosas.-
- De acuerdo. Más tarde iré a mi despacho, creo que tengo algo de ropa. Me ducharé y cambiaré. -
- Bien -dijo sentándose a mi lado. – Nadie mejor que tú sabe que el estado de Charlie es muy complicado. Tienes que preparar a Bella para lo que pueda pasar. Son muchas cosas las que le tienes que decir hijo. -
- Lo sé papá. Esto va a ser de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida. ¿Cómo le dices a la persona que amas que la única familia que tiene no sabes si se va recuperar?, ¿Cómo le dices que por culpa de un desgraciado has perdido al hijo que no sabías que ibas a tener?, No sé como lo voy a hacer. Sé que ella es fuerte, que va a poder con todo esto, pero también sé que muchas veces nos oculta lo que siente para no hacernos sufrir.
- No sé qué decirte, sólo sé tú mismo, nadie la conoce mejor que tú - me dijo palmeándome el hombro-
- ¿A qué hora la vas a pasar a planta?, Estoy deseando dejar este lugar.
- Voy a comprobar cómo ha pasado la noche. Si todo ha ido bien, en un par de horas estaréis en una habitación. Ahora ve a ducharte y a cambiarte. Tú madre y tus hermanos estarán a punto de llegar.
- Está bien papá, gracias por todo. – le dije.
Me levanté y fui hacia los ascensores con la esperanza de que Bella al despertar se tomara todas las noticias que tenía para darle de la mejor manera posible.

Esme POV
Sentada en la cocina con un café en las manos, no podía evitar pensar en que este día tendría que haber sido totalmente diferente. En lugar de absoluto silencio, deberían oírse los gritos de Alice por toda la casa dando órdenes a todo el mundo, diciéndole a Bella que no protestara tanto, que todo era por su bien, que se dejara llevar. Bella estaría haciendo muecas y mirando dónde podría esconderse para hablar con Edward por teléfono, para quejarse por lo que estaba sucediendo y reprochándole el hecho de no haberse fugado los dos solos a La Vegas. Pero en lugar de eso lo único que se escuchaba era nada, silencio.
Carlisle hace aproximadamente una hora que se fue para el hospital y Alice aparecerá por aquí dentro de poco a buscar a Ness y Heidi.
Aún puedo ver la cara de dolor de Carlisle cuando salió de dejar a Edward en reanimación.

Estábamos todos en silencio. Alice y Jasper estaban sentados en una de las sillas de la esquina, ella en su regazo. Hablaban en voz baja. Jasper susurrándole seguramente palabras de ánimo a Alice.
Rose y Emmett también estaban sentados mirándose el uno al otro, a Emmett le había costado tranquilizarse, no se explicaba cómo había podido pasar todo esto y él no haber podido hacer nada, se sentía culpable de lo que había pasado.
Yo me encontraba de pie, al lado de la puerta simplemente observándolos, mi familia era hermosa, la más hermosa que nunca me podría imaginar. Estaban todos muy unidos, lo que le sucedía a uno, le afectaba a todos.
Ahora estábamos pasando un momento muy difícil. Bella era la persona que nos complementaba a todos, la que sabía calmar la hiperactividad de Alice, devolver las bromas de Emmett, y sobre todo completar la solitaria vida de Edward.
Mi Edward…, siempre intentando destacar en su trabajo, queriendo superarse en todo. Y lo único que necesitaba era a una persona a su lado que le hiciera ver que él ya era perfecto como es.
Daba gusto verles juntos, se complementaban perfectamente. Edward la miraba con adoración y la mirada de Bella no podía irradiar más amor hacia mi hijo. Y ahora su futuro se les complicaba un poco, porque sé que esto no es nada más que un pequeño bache en su camino.
Estaba pensando todo esto cuando sentí la inconfundible mano de Carlisle en mi hombro. Me giré para mirarle. Sus ojos estaban llenos de tristeza. Se aclaró la garganta para llamar la atención de todos.
- Os tengo que decir algo a todos. Esto va a ser muy difícil para Edward el contároslo –Alice se levantó alarmada-
- ¿Qué es lo que pasa papá? ¿Bella está más grave de lo que nos habéis dicho verdad? – le preguntaba a su padre con lágrimas en los ojos-
- Bella no está grave cariño – le dijo dulcemente-, es sólo que hay algo que no sabíamos.
- ¿De qué se trata papá?, -preguntó Emmett visiblemente nervioso-
- A ver como os lo cuento,-decía pasándose una mano por el pelo-, Edward y Bella iban a ser padres. Bella ha perdido el bebé a causa de la caída.
Me lleve la mano a la boca intentando de este modo ahogar el sollozo que quería salir. Carlisle, me abrazó fuertemente. Escuchaba el llanto de Alice y los demás. No podía creer lo injusta que era la vida. Cómo alguien podía estropear la vida de alguien sólo por maldad. Mi Bella, mi dulce Bella ya había pasado por mucho a lo largo de su vida, y ahora esto ¿Cómo va a superar la pérdida de un bebé?, tendría que hacer todo lo necesario para que mis hijos fueran felices.
En ese momento Edward entró con cara derrotada en la sala.
- ¿Mamá?, ¿Estás en casa? – la voz de Alice me saco de mi recuerdo-

Bella POV
Dolor.
Oscuridad.
Frío. Tengo frío, mucho frío.
Me cuesta respirar. No puedo moverme. ¿Dónde estoy?
Intento recordar. Nada. Escucho a ver si el ruido me resulta familiar. ¡Mierda! Me duele la cabeza.
Intento mover las manos, nada. ¿Y si intento abrir los ojos? Nada. ¡Joder! Estoy muerta. Pero si estuviese muerta no me dolería nada ¿No?
¡Céntrate Isabella! A ver lo último que recuerdo es….. ¡A si!, fui a comer con Edward al bar de Sam. Bien. Luego me peleé con mi padre y Emmett porque no me dejaron acompañarlos a la cárcel de Port Ángels….

De golpe vinieron a mí una serie de imágenes

¡Isabellaaaaa!!! que gusto verte al fin!! te dije que terminaba todo lo que empezaba!!
Ruidos a ambos lados del callejón.
Una sombra en la escalera.
La figura de James al final de la escalera sonriendo de forma burlona.
La voz de mi padre diciendo “Tú" con sorpresa, un disparo.
Un fuerte golpe en mi estómago.
Caer.
“Todo llega Isabella" …

Comencé a escuchar unos pitidos. Una puerta abriéndose. Pasos acelerados que venían hacia donde yo me encontraba.

- ¿Qué es lo que pasa papá? – preguntaba Edward preocupado- Mi Ed está aquí, quería llamarlo, pero no podía-
- No lo sé Edward, creo que se está despertando, o simplemente tenga una pesadilla – ese era Carlisle-
- ¿Crees que despertará pronto?- le preguntó- en ese momento sentí que alguien me cogía la mano-
- No tardará mucho, los efectos de la sedación durarán como mucho una hora más.
- Bien, entonces me quedo aquí. Les dices a los demás donde estoy ¡De acuerdo!
- Bien. Voy a ver si consigo retenerlos un rato – después los pasos de Carlisle y la puerta cerrarse-

Sentía la mano de Edward, acariciando dulcemente mi cara. La cama se hundió en el lado derecho, creo.

- ¡Vamos cielo! Vuelve conmigo. ¡Te echado tanto de menos! Nadie me regaña como tú – su voz se notaba acongojada- Tienes que despertar pronto, nos tienes a todos muy preocupados. Emmett no deja de quejarse de que “su hermanita” debe estar deseando regañarle – sentía algo mojaba mi cara- No sabes el miedo que he pasado cariño- me decía llorando- pensaba que no podría volver a verte, hablar contigo, acariciarte, sentirte – ahora sentí un dulce beso en mis labios, los cuales estaban deseando decirle que estaba ahí con él, cuanto le quería y que no llorase-

Su respiración se fue calmando, iba a la par que la mía. No sé cuánto tiempo pasó y escuche de nuevo la puerta abrirse.

- Ed, ¿Puedo pasar? – Alice, ya sabía yo que mi amiga no tardaría en venir-
- ¡Claro pasa!- le contestó en apenas un susurro-
- ¿Cómo está? ¿Sigue dormida?- también hablaba bajito-
- Si, papá dijo que despertará en más o menos una hora- se escuchó un suspiro-
- ¿Cómo lo vamos a hacer Ed? ¿Cómo le vamos a contar todo lo que ha pasado? – ¿De qué están hablando?
- No lo sé Alice. Tengo miedo de su reacción, tiene que recuperarse, y no sé hasta qué punto le afectará todo esto – pero… porqué no puedo hablar, Tengo que preguntarles de qué están hablando-
- Tenemos que decírselo, es fuerte y podrá con ello.
- Lo sé. Pero… ¿Cómo lo hago Alice? ¿Cómo le digo que su padre está en estado crítico y no sabemos si se va recuperar? ¿Cómo le explico que por culpa de ese desgraciado hemos perdido al hijo que no sabíamos que íbamos a tener? – No pude escuchar más-

¡Queeeeee! Esto no puede ser verdad, seguro que estoy soñando.

¡Vamos Estúpida Isabella despierta!

¿Qué le pasa a mi padre? Tengo que despertar. Edward me tiene que contar que es lo que ha pasado.

¿Qué es lo que ha dicho de un hijo? Un hijo…. Íbamos a tener un bebé.

Empecé a sentir un dolor en el pecho, la garganta me dolía, sentía mis ojos húmedos, me costaba respirar. Las máquinas comenzaron a pitar de nuevo. Intenté mover mis labios.

- ¿Ed…Edward…? , por fin lo conseguí.